"Hoy se busca trascender el horizonte rockero"

“Fluyó todo natural, no lo planeamos, salió así”. Quien habla es Luciano Farelli, cantante y guitarrista de Parteplaneta, sobre el tercer disco del trío, Arcos. “Además –agrega el músico-teníamos la experiencia de los otros dos trabajos. Sabíamos cómo queríamos sonar”. La clave, señala, pasó por la espontaneidad, por no regrabar tomas y tomas. “Estoy feliz con el resultado, no podes forzarlo mucho”, agrega.

Son siete los años que Parteplaneta viene tocando, el mismo tiempo que sus integrantes –la formación la completan Fernando Romero Bucca en bajo y Manuel Cena en batería- llevan instalados en Buenos Aires, provenientes de Santa Fe. Metódicamente Farelli comenta que, si bien le hubiera gustado compartir más tiempo con su familia, han ganado otra perspectiva, “que pasa por ver las cosas desde afuera”.

Arcos es más detallistas que sus predecesores, según el cantante. Algo similar sucede con letras, que son definidas como “espontaneas, claras y concisas”. Asimismo, para Luciano la composición es un “momento de inconsciencia”, puesto que con el tiempo termina de comprender el sentido total de lo que escribe.

-¿Hubiera sido más complicado llegar a donde están instalados en Santa Fe?

-Seguramente. Cada paso que hemos dado acá ha repercutido paulatinamente en el interior de una forma que de no habernos instalado acá no hubiera sucedido. Eso siempre es un impulso que tratamos de aprovechar.

-¿Creen que hubo un quiebre en la historia del grupo?

-No creo. Fue algo más paulatino, de a poco. El quiebre, quizás, pasa por otro lado, más referido a nuestra infancia, cuando decidimos hacer música.

-En esa infancia a la que te referís, ¿tenías en mente un proyecto como Parteplaneta?

-Sí, me lo re contra imaginaba. Siempre estuvo el sueño de adolescente. Después, el resto va pasando, rápido o lento, pero vas ganando de todo: gente, colegas, etc.

-La cuestión de los colegas es un tópico recurrente en tu discurso y en el de muchos otros.

-No sé si antes no pasaba. El entorno en el que nos desenvolvemos es muy diferente al que había antes. Después de lo que pasó en Cromañón vino un momento nefasto, que incluyó, entre otras cosas, cierre de lugares. Diez años después, hay artistas, managers, prensa que se apoyan mutuamente para impulsar una renovación. Y eso es importante. El que vaya en contra, está yendo en contra de una ola.

-Acabas de mencionar “una renovación”. ¿A qué suena ese nuevo sonido?

-Es un gran remix, que incluye de todo. Las décadas pasadas han tenido al rock en un lugar de mainstream. Hoy en día el género perdió peso a nivel global. El rock ahora pasa más por la capacidad de transformares y no tanto la distorsión. Hay cierta búsqueda de transcender ese horizonte rockero y llevarlo hacía uno más creativo.

-Sin embargo, los medios más tradicionales aun se resisten en amplificar lo que está sucediendo.

-Puede ser, pero esa, de a poco, cuestión está cambiando. Ahora se le presta mucha más atención a bandas jóvenes, que inclusive no llegan a los 10 años de vida, como en nuestro caso. Hay más interés, al menos en escuchar. Antes ni cabida.

*Jueves 22 en Roxy Live, Niceto Vega . A las 20.