"El arte es la mejor manera que tengo para resolver los problemas"

Gabriela Jurado convive con la música desde hace muchísimos años. Para sus 15 no pidió fiesta ni viaje a Disney. Un saxofón era todo lo que necesitaba (“Me encantaba el sonido de Dire Straits”) y sus padres cumplieron con el pedido. La post secundaria la llevó a estudiar Ciencias de la Comunicación (“Vendí el saxo y me compré una notebook”), y empezó a trabajar como jefa de prensa de grupos de música. Pero el amor siempre vuelve, y hace ocho años que lleva adelante Contravos, con el reggae y la canción como estandartes, y así es que actualmente la banda está presentando su nuevo trabajo Anatomía de la Canción (2015).

-¿Cómo te tiene este flamante disco, el tercero ya de la banda?
-Muy contenta. Lo empezamos en noviembre de 2014 con el productor Ale Vázquez, somos amigos y teníamos muchas ganas de trabajar con él. Antes íbamos por otro rumbo, el primero lo produjeron el tecladista de la banda Marce Telechea junto al ingeniero Andrés Calvo, para el segundo quisimos aprender más del reggae, que es el género que amamos y tuvimos la posibilidad de que nos produzcan Néstor y Adrián de Nonpalidece. Para este disco teníamos ganas de hacer algo con Ale y antes pensábamos que no estábamos tan a la altura, pero ahora después de ocho años y dos discos, y con ganas de ir para el reggae pero más para el costado canción decidimos que era el momento.

-¿A dónde querían apuntar cuando decidieron trabajar con él?
-A que nos muestre sus conocimientos. Tiene mucha experiencia, produjo a Spinetta, Charly y hasta a Axel. Lo valoramos mucho y queremos nutrirnos de todo eso, como antes nos nutrimos de Nonpa. La música es constante movimiento y eso es lo que celebro del artista, que pueda ir por otros rumbos según lo que va sintiendo su corazón. Ale busca mucho el sonido, desde la mezcla, la masterización, es muy puntilloso, y creo que logramos el sonido que estábamos buscando.

¿Cómo ves esa evolución?
-Nosotros somos del under. Me encanta el under, y al trabajar con bandas yo sé que es todo un camino que hay que recorrer y no se puede saltear ninguna etapa. Nosotros recién vamos por el tercer disco que siempre se dice que es bisagra. Todo es aprendizaje.

-Ale Vazquez suele meterse mucho en el formato de las canciones, ¿cómo fue en este caso su trabajo?
-Nos gusta aprender. Me encanta que se meta, por eso llamamos un productor de afuera. Nos ayudó mucho que diga por ejemplo “a esta canción le falta un estribillo”, o “lo que vos pensaste como estribillo no va ahí, va al final”. Y es hermoso, confiás y esperás el resultado final. Uno al contratarlo  va a sujetarse a lo que esa persona diga.

-Y son momentos también supongo, como el primer disco que sí lo produjeron ustedes.
-También tiene que ver con el under. Yo cuento con muchas herramientas al conocer mucha gente, pero la banda es la banda y hay años de vuelo que no se pueden reemplazar con nada. Si hubiésemos hecho un primer disco con una compañía o con un productor no hubiera sido creíble.

-Y ahora, ¿en qué momento sienten que están?
-Estamos en el momento de poder convocar a toda esa gente que nos vio alguna vez, y ver si les gusta esta nueva propuesta.

-Tocaron mucho en un momento, después bajaron un cambio, ¿Cómo conviven con las distintas etapas que tiene una banda?
-Bueno, justamente, en un momento dijimos “estamos tocando demasiado” (risas). Entonces empezamos a producir fechas propias en lugares chicos y ver nuestra realidad, como un Ultrabar lleno que está buenísimo. Dejamos de tocar en fiestas o de invitados, y empezamos a hacer fechas propias, en San Miguel, Del Viso, por ejemplo, y bancarte que vayan cinco personas. Eso es el rock. No todo es color de rosa, con asistentes, sonidista, monitorista, la pantalla, el trago al lado. No, te tenés que curtir y tocar en Del Viso a las cinco de la mañana…

-Y que el bolichero te regatee una birra.
-¡Claro! (risas)

-¿Y ese laburo extra musical lo hacen ustedes mismos?
-Tuvimos gente que nos ayudó pero ahora lo hacemos nosotros. Lo que ganamos lo reinvertimos en la banda, lo cual no significa un trabajo para otro porque no se lo reditúa. Tenemos amigos que ayudan pero lo llevamos al hombro los integrantes.

-Incluso lo que es para cada uno de los integrantes.
-Sí, esto es un laburo más. Te lleva diez horas semanales de ensayo en nuestro caso, fin de semana tocás, ahora hay dos padres dentro de la banda. Hay que lidiar con los tiempos de cada uno, ponerse de acuerdo. Y es el concepto de Anatomía de la canción, saber que somos un cuerpo y cada uno tiene una parte muy importante, y si alguno falta el cuerpo no puede funcionar.

-Se viene la presentación el 11 de octubre en La Trastienda.
-Es una apuesta fuerte para nosotros. Nos la jugamos para darle a la gente un buen show, para que nos vean con lindas luces, sonido, y en un lugar que se ve bien de todos lados. Es un lujo para nosotros, pero está bien, es la presentación del disco, hay que dárselo. Y después seguiremos tocando en los reductos a las cinco de la mañana (risas).

-Las letras del disco mantienen la impronta de siempre, con un mensaje muy positivo.
-Es una búsqueda de estar bien. Hay canciones que hablan de cosas que no son muy positivas, en el disco anterior había una canción que hablaba de la trata de personas, en este disco hay una que se llama “Espalda” que habla del peso de la culpa que uno carga. Ya Contravos desde el nombre es contra uno mismo, que los problemas nacen y están en uno. La mejor manera que tengo yo de resolverlos es el arte, es muy catártico, un canal para poder expresarse. Este disco puntualmente es muy reflexivo, introspectivo y a través de las letras voy canalizando lo que me pasa y tratar de superarlo, cambiarlo. En todos los discos es una búsqueda de estar bien.

-Siempre salir a flote.
-Ale Vázquez se fija mucho en las letras, y la música es una fuente de inspiración, el mensaje llega a la gente. Y Ale me decía que nunca podría producir una banda que aliente al suicidio, por ejemplo. Es movilizadora la música, y yo quiero estar ahí para levantarte y ponerte bien, esa creo que es mi función.

-Para terminar viajemos al pasado: ¿Cómo nace tu vida musical?
-En la adolescencia. A los 15 en lugar de fiesta yo quise que me regalaran un saxofón, porque me gustaba el sonido de Dire Straits. Mis viejos eran laburantes de clase media, y me lo regalaron e hice una fiesta en mi casa, tranqui. Aparte siempre fui rockera, no me gustaba tanto ir a bailar. Después empecé a estudiar música, y cuando terminé el secundario me gustaba Ciencias de la Comunicación. Y en un rapto de locura vendí el saxo y me compré una notebook. No sé si mis padres me lo perdonaron, pero después  gracias a mi trabajo de prensa me pude comprar un saxo de vuelta (risas).