Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Charlie Piccoli

"Spinetta me ha enseñado ética"

Cronista: Anabella Reggiani | Fotos: Gentileza: Prensa

05 de Abril, 2015

"Spinetta me ha enseñado ética"

El Bondi entrevistó a Charlie Piccoli, emblemático fotógrafo del Rock Nacional, quien este 7 de Abril presenta en el C.C. Borges la muestra y el libro "Rock Argentino Fotografías", con más de 300 imágenes del rock nacional entre los años 1979 y 2010.

Es un martes cualquiera del mes de Noviembre. Charlie nos recibe en Cátedra Fotografía, escuela que dirige desde 2001. Esta es una charla entre fotógrafos. El entrevistado le enseñó a la entrevistadora a sacar fotos de rock. La entrevistadora enseñó en la escuela del entrevistado."Nos conocemos de antes, Yo enseñé en su escuela y él me enseñó a hacer fotografías de Rock". Entre café y anécdotas Charlie habla de su nuevo proyecto, excusa para estas líneas que vienen a continuación: el libro y muestra de fotos "Rock Argentino Fotografías". Y uno puedo dejar de pensar cuanto rock vivió este tipo...

-Primero contame cómo se dio la idea de hacer este libro, ¿por qué se te ocurrió un libro de rock y no de fotografía artística o de viajes? Vos tenés unos álbumes inmensos llenos de esas fotos.
-Es una buena pregunta. Sabés que creo que en mi vida profesional como esto fue lo primero, lo más copado de todo, siempre tuve la idea de hacer un libro de rock argentino porque no hay un libro así como este. Pero yo había hecho las fotos de la muralla especialmente para hacer un libro. Iba a hacer un libro de la Muralla China, que de hecho el laburo está hecho, son tres viajes, todo fotografiado de punta a punta, y en una de esas charlas dominicales con mi viejo: "Che, y las fotos de la Muralla, ¿por qué no haces un libro?". Él estaba preocupado porque veía que el laburo mermaba y quería tirarme algunas ideas. Me lo dijo varias veces y en ese momento yo le dije: "Che, ¿pero por qué vos estas interesado?". Y él me dice: “porqué tenés un montón de fotos que nadie las conoce”. A mi viejo nunca le habían interesado mis fotos, o por lo menos nunca me lo decía. Entonces lo pienso y le digo “Mirá, yo antes que hacer lo de la muralla, que lo quiero hacer, me gustaría hacer uno con fotos de rock”. Entonces mi viejo se trasformó en ese momento en mi socio y me dio una mano con la publicación.

-¿Por qué empezaste a sacar fotos de Rock?
-Yo era muy consumidor de revistas cuando era pendejo y me gustaba mucho escuchar la radio am a la noche. Así descubrí un montón de programitas de rock que había a la madrugada. Miguel Grimberg tenía programas de rock a la noche y así iba enterándome de la movida. No había esas fotos que yo quería para pegar en la carpeta. Yo era un rockero. Mi habitación estaba toda llena de posters de músicos. De alguna revista que pudiera conseguir, pero siempre eran fotos de mierda: el micrófono adelante de la boca, la boca abierta que se le veían todos los dientes, la foto fuera de registro o mal copiada porque no era de buena calidad. Así que un poco yo creo que el análisis de todo este tiempo que me tengo que poner a pensar ¿por qué? creo que no encontrar esas fotos que yo quería las salimos a buscar entre los músicos que tenía cerca.

-¿A quién le sacaste tu primer foto de rock?
-Al primero que le saqué fotos fue a Spinetta, es porque tenía una cosa de idolatría. Era todo un artista. El dueño de la cámara era mi hermano. Mi hermano hizo un curso de fotos. Mis viejos hacen un viaje a Europa y dicen ¿qué quieren? Mi hermano le pidió una cámara de fotos. No sé por qué. Todavía le tengo que preguntar. Yo elegí una flauta traversa; Yo era hippie, cool, andaba en el "peace and love". El primer rock que hubo acá: Manal, Almendra, yo era muy chiquito pero bueno. Empecé a ir a los recitales con mi hermano, a los recitales de Spinetta para que lleve la cámara. Entonces sacábamos juntos. La primera vez fuimos a ver la reunión de Almendra en el '79 a Obras. Ahí empecé a sacar.

-Blanco y negro obviamente.
-No, color y flash.

-Bueno, todo lo que no hay que hacer.
-Claro, porque mi hermano no había ni terminado el curso básico todavía. Y tenía la cámara, después hacía un cursito. Aprendió a revelar y yo con él. Entonces yo empecé a seguir a Spinetta e iba con mi hermano porque era el dueño de la cámara. Sacaba él, sacaba yo. Los primeros rollos son de los dos, porque son fotos con flash y color. De cerquita. Del primer rollo salió una foto sola y está ahí en el libro.

-¿Por eso elegiste abrir y cerrar el libro con Spinetta? Más allá de que falleció, ¿lo hubieras elegido a él?
-Siempre, siempre. Es mi relación con el rock. El día que lo escuche fue así como iluminador. Esto es un tributo a Spinetta, porque si no fuera por la cámara de mi hermano y por él nunca hubiera sido fotógrafo. Y ante mi admiración más allá del músico, para mí es algo ético. Spinetta me ha enseñado ética. Para mí era muy importante hacerlo. Un tipo ético y estético. Sus valores siempre fueron los mismos y los defendía. Y eso es algo que es muy presente en mí todo el tiempo. Te imaginas que he escuchado los discos de Almendra, Pescado Rabioso y de repente Spinetta empezó a tocar solo. A mí me interesaba que mi hermano venga a los recitales conmigo y me saqué fotos para mí. Pero después él no quería ir tanto a recitales y en las peleas de hermanos había días que no me prestaba la cámara. Y en un momento me di cuenta que tenía que comprarme una cámara.

-¿Qué cámara te compraste?
-Me compré una Canon A1. Es una cámara alucinante. En ese momento era la mejor cámara que había, lejos. Una cámara A1 con 50mm, sin tapa y sin correa. Estaba usadísima. Yo en esa época vendí las flautas traversas, va tenía dos y vendí una para comprarme esa cámara. Me acuerdo que el pibe vino a traermela a mi casa, yo vivía en Florida y estaba chocho. Aparte era una linda cámara, era fachera, negra. Al toque compré un 70-210mm que fue lo primero que me compré porque mi hermano ya tenía. En el primer viaje le traen una cámara con flash, en el segundo le traen un teleobjetivo y a mí me traen otra flauta traversa. Pedí una Yamaha porque iba a Japón y esa fue la que después vendí para comprarme la primera cámara de fotos.

-Entonces ya con tu cámara empezaste a ir solo a los recitales…
-Claro, empecé a salir solo; ¿y sabes que es lo más loco? Que las fotos empezaban a salir mejor que al principio. Como al principio aprendimos a los ponchazos y forzabamos la película, viste la TRI-X la recontra forzamos hasta que agarramos el punto y aprendimos a revelar. Era ir, sacar, después revelar y las fotos salían bárbaras. Yo no tenía ningún conocimiento de nada. Obviamente tenía un estudio del espacio por haber estudiado arquitectura y todo eso pero te diría que eso es así. Yo empecé a estudiar en el 80 y mis primeras fotos son de esa época te diría que fue bastante paralelo.

-Y vivías de la fotografía…
-Yo cuando era pendejo estaba por terminar arquitectura y mi viejo no quería verme con una cámara colgada. Él me decía: "vos con la camarita colgada no te vas a ganar la vida", y a mí eso me dolía porque mi papá es mi ídolo. Él quería que yo sea un universitario, y yo en sexto año, en el último año, dije "basta, estoy podrido". Yo ya vivía solo, tenía mi autito y me bancaba sacando fotos de rock. Yo vendía fotos de prensa. Con 250 fotos por mes yo vivía solo en un departamento que era mío. Imaginate estar dentro del rock and roll estudiando arquitectura; no, ¡ya está! Yo era fotógrafo por imposición porque ya me estaba dando un dinero. En principio a mí la fotografía me empezó a dar plata para costear los materiales, los gastos del auto. Mi viejo me bancaba el estudio pero yo me tenía que bancar mi vida propia hasta que me fui.

-¿Lo conociste a Spinetta? ¿Le pudiste mostrar tus fotos?
-¡Sí! Resulta que mi hermano hace la colimba con Mariano López, que era el ingeniero de sonido de Spinetta y se hace amigo de mi hermano y mío. En ese tiempo ibamos a ver al flaco, Spinetta vivía a la vuelta de casa, a dos cuadras, era amigo de Mariano y pegamos empatía. Yo no era fotógrafo profesional ni nada, pero teníamos mesa de pingpong y nos hicimos amigos por eso. Entonces me llamaba "eh, Charly ¿queres jugar al pingpong?"; y encima un amigo mío del colegio empezó a cuidar a sus hijos y así empecé a estar un rato con él, que para mí era alucinante. Yo pasé toda mi adolescencia escuchando sus discos. Imaginate. Yo decía, ¿qué hace el flaco dándole bola a un pibe como yo, de barrio, que lo único que tenía era no sé, rulos? Pero cuando fui creciendo me di cuenta de esa cosa de empatía; y bueno lo conocí así. Y mi primer credencial en un show para sacarle fotos fue para Kamikaze.

-¿Después empezas con Los Abuelos?
-Sí. A Miguel lo conocía porque yo tenía una revistita muy copada que se llamaba “Golpe” con un tipo más grande que yo que era un loco un artista muy creativo. A mi hermano le encantaba Pedro y Pablo entonces tocaban y mi hermano iba a sacarles fotos. En ese momento lo grabó a Miguel, que toca de invitado en un recital. Era muy bueno grabar los recitales y tener algo así: "pirata"; y lo escuche a Miguel Abuelo y me partió la cabeza. Tres temitas escuche y dije ¡Wow! Tocó en un bar acá, el día que lo conozco a él tengo una foto que me firmó. Ahí lo conocí a Miguel. Como te decía, para esta revista la primer tapa fue de Spinetta, entonces después yo voy para hacerle un reportaje a Miguel para la revista que el número dos. Ahí lo conocí, nos hicimos amigos y le empecé a sacar fotos. Le gustaron mis fotos. Al principio él era un tipo muy busca se rodeaba de dos o tres con los que tenía buena onda y decía bueno vos sos mi fotógrafo. Y él empezaba a decir que yo era su fotógrafo. Me hacían un reportaje en un diario de la época. Y ponía fotos mías que sabia que le había sacado en algún lado. Ya Los Abuelos existían en esa época pero tocaban en un bar en Paseo Colon al fondo donde tocaba Sumo. O tocaban en La Cofradía. Lugares que hoy no existen.

-El libro recorre casi todo el abanico del Rock Nacional de los años 80…
-Ahí hay mucho material porque yo saque por trabajo. Después de conocer a Spinetta empecé a sacar, sacar y sacar. Empecé a conocer a los músicos, a conocer a los managers. Después a Miguel, a David Lebón que siempre iba a sacarle fotos. Le sacaba tres rollos de 42 y llegaba a mi casa que tenia laboratorio y revelaba todo. Empecé a trabajar en todas las revistas menos en Pelo porque se quedaban con todos los negativos. Gabriel Roca fue fotógrafo de Pelo muchos años y se quedaron con todos los negativos de él.

-¿Eran amigos con Gabriel Roca?
-Éramos muy amigos. Lo nombro en el libro. Gabriel Roca siempre me prestó equipos. Me decía "pedímela, no seas boludo", y gracias a él hice las fotos de Charly por ejemplo. Imaginate que yo iba a lo de Charly y para mi era una gloria. Con Charly no tuve mucha relación. Era para una nota de Rock and Pop, yo iba con el periodista, le hacían la entrevista y después hacíamos las fotos. Yo tenía muy poca experiencia. Sabía sacar fotos de rock y nada más. Lo que pasa es por ahí en la mente yo ya tenía arte. Hacia fotos de autor, totalmente experimental. Yo por eso en un momento dejó de trabajar porque me pudrí. Porque necesitaba crecer. Ya era docente universitario y era lo único que sabía sacar.

-El libro se divide en una parte en blanco y negro, y una parte a color que la abrís con unas fotos de Luca Prodan muy divertidas…
-Esa es una foto que saque en Recoleta y los que están lookeados ahí son alumnos míos de la Universidad. Yo empecé dando clases, ayudante en una catedra de Morfología de Diseño Gráfico; y ese fue un video que se hizo para una locura, una exposición de una chica que era artista plástica amiga de Luca.

-Estuviste también en el último concierto de Soda…
-Si, este fue muy divertido porque antes de eso hicieron ese libro que salió de Soda con fotos históricas. Cuando me llamaron para que yo reconozca mis fotos tranzamos con Bruno (Landa, su socio) por una acreditación para ir a ese show.

-¿Qué es lo que hace a tu libro diferente de otros sobre Rock?
-En mi vida propia y en mi existencialismo yo me metí en un pedacito de la historia del rock. Puse una fichita, chiquita como que es un material que va a quedar y es importante. Hay muchos libros con fotos de rock, pero este tiene un formato distinto. Pero acá yo con el formato y el diseño ante todo trate de que esto sea un libro de arte. No hay epígrafe no hay código. Márgenes generosos, el formato esta bien pensado. Los colores aparecen en lugares estratégicos. Acá puse las dos cosas que más domino, la fotografía y el diseño editorial. Hacer un libro para mi la parte de diseño fue alucinante. Porque como se enfrentaban las fotos. Si vos ves un demo de lo que iba a ser el libro y lo que termino siendo el libro es totalmente distinto. Pero fue muy divertido. Fue la parte más copada. Está por banda y cada tanto hay músicos sueltos. Trate de poner todos los que pude pero siempre teniendo un criterio estético.

-¿Qué extrañas de toda esta época? Porque es un libro muy nostalgico
-No extraño nada. Extraño que no haya una banda que me encante y que yo vaya a sacarle fotos. Porque en esa época, Spinetta, Los Abuelos, Sumo, Charly y los Redondos. Todos los fines de semana eran dos o tres shows a veces. Y no sabés a la cantidad de shows que fui sin cámara, el 60%. He ido a ver a Sumo o a Los Redondos a lugares que sabía que no había luz. A mí no me gustaba sacar con flash y para mí la fotografía es estética pura.

-¿Que expectativas tenés con este libro?
-Las expectativas son pequeñas cositas que van surgiendo a medidas que voy teniendo estas charlas. Un "yo tenía estas fotos pegadas en la carpeta", "ah, pero estas fotos son conocidas". ¿Entendes? Si bien yo sé que hay un montón de fotos que se conocen soy un tipo bastante anónimo también. Nunca fui un tipo muy pegote a los músicos. No fui de estar en el ambiente y el agite. Yo después me iba a mi casa y estaba todo bien. Es un producto para que mil vejetes como yo que les gusta el rock que lo compren. Está orientado por ahí. Haberlo hecho la verdad que estuvo buenísimo y es algo que literalmente me hace pensar "soy eterno".

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