Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Jorge Minissale

"No me interesa hacer música para personas que esperan que el músico muera arriba del escenario"

Cronista: Fernanda Miguel | Fotos: Gentileza: Andrea Celis

08 de Diciembre, 2014

"No me interesa hacer música para personas que esperan que el músico muera arriba del escenario"

Jorge Minissale se encuentra presentando "Justo y Necesario", su primer disco solista en el que cuenta con la participación de Ricardo Mollo, Juan Pollo Raffo, Hernán Aramberri y Juan del Barrio como algunos ejemplos. El cofundador de la legendaria banda Suéter, pasó por El Bondi y repasó gran parte de su larga trayectoria.

-Creciste en un ámbito dónde la música estuvo siempre presente, ¿cómo fueron esos primeros acercamientos?
-Mi viejo  era acordeonista de una orquesta de las llamadas “características” en la época en que la gente iba a bailar y la música no era con grabaciones sino que era en vivo.  Yo era muy chico y empecé cantando con él. Después empecé a tocar la guitarra y también tocaba la batería. Él daba clases en mi casa y mi hermano por carácter transitivo tocaba la batería en una banda, un día  vinieron a ensayar a casa y eso para mí fue revelador. Él es más grande que yo y en ese momento traía discos de Jimi Hendrix,  Cream  y eso fue creando una mentalidad. Hasta que un día, cuando tenía 12 años, fui a ver Pescado Rabioso en un baile de carnaval y dije: “esto es lo que quiero ser". Ese día también tocaba Aquelarre, ambos  eran  mis grupos favoritos  post  Almendra. Otra cosa que me marcó fue Pappo´s Blues,  el primer disco ejerció una influencia fatal sobre mí  y seguramente en toda la gente de mi generación.

 

-En plena adolescencia fuiste parte de Trigémino, ¿qué es lo que recordás de esa época?
-Me crié musicalmente con esta banda, ahí tocaba el Pollo Raffo quien ya era un prodigio en esa época. Tenía 16 años y tocaba el piano con una formación clásica. Yo era un queso, pero el hecho de estar ahí era toda una experiencia.
Con esta banda empiezo a ser más formal con la música, pero éramos muy chicos. A los 16 años tocamos en el Luna Park.  No se escuchaba nada, no es como ahora que hay un monitoreo, un sonido más cuidado. Era todo muy amateur. Te puedo asegurar que las cajas de amplificadores estaban en su gran mayoría vacías, estaban ahí para hacer bulto (risas).  Fue una experiencia muy extraña, pero ¿quién te quita lo bailado?
Hace poco con Ricardo Mollo hablábamos de eso, ese fue un festival que se llamaba "cinco horas de rock" y ahí tocaban entre otros, Lito Nebia, Moris, el Reloj y tocaba MAM que era el grupo de Ricardo junto a su hermano Omar de los cuales nosotros teníamos muchísima amistad, en principio porque a Ricardo lo conozco desde muy chico, él era como nuestro héroe porque era increíble, como un Jimi Hendrix.

-¿Cómo se fue gestando esa amistad con Ricardo Mollo?
-Pasaba mucho tiempo en la casa de Ricardo y después pasé mucho tiempo en el sótano con MAM , ahí ensayó Sumo unos años más tarde. Yo no tenía guitarra, me la prestaba Ricardo, él tenía una de las buenas.  Era un tipo muy desprendido, yo nunca entendí como me daba la guitarra por un fin de semana, pero lo hacía. Siempre fue y es muy adorable. Quizás no se conoce tanto la faceta más humana de él si no que conocen la faceta más artística que no deja de ser admirable también.

-¿Qué significó inaugurar Suéter, junto a Miguel Zavaleta, cuando venías de una banda más estructurada?
-Suéter tiene una impronta muy interesante, lo que pasa es que nuestro líder era un poco errático, pero quizás porque también  lo éramos nosotros. Eso en el negocio no funciona tan bien. Si veías a Virus,  siempre estaba Federico Moura con un buen peinado, glamour y muchos adornos. Nosotros estábamos lejos de eso.  Después  lo fuimos entendiendo con el tiempo,  es más en el tercer disco teníamos un estilista (risas), éramos unos estúpidos, pero porque nos creímos un poco esas boludeces inglesas. Fuimos todo eso, pero también fuimos serios, fuimos al conservatorio, tocamos jazz rock. Los 80 tiene sus cosas buenas y tiene sus bodrios. A todos los artistas les pasa esto. Creo que Suéter no ocupa el lugar que debería tener. Hay algunas canciones que son muy serias.

-Quizá fue porque  todos se quedaron con el lado del Zavaleta histriónico y no hicieron foco en ese Suéter más formal...
-Zavaleta es un grandísimo compositor argentino que no se lo pone en el lugar que se lo tendría que poner, aunque él contribuyó un poco a eso. Le tengo mucho respeto, para mí es un maestro, yo aprendí con él, a pesar de que tuvimos muchas desavenencias. Todos tenemos una cara A y una cara B, creo que nosotros exhibíamos demasiado la cara B. Era una época en la que todos estábamos aprendiendo a hacer música.

¿Por esa “cara b” es que te alejaste de Suéter?
-Me alejo básicamente porque había compuesto un montón de canciones para el tercer disco (“20 Caras Bonitas”) y no quedaron,  eso para mí fue muy decepcionante. Charly García era el productor y él sintió que esas canciones no tenían nada que ver. Charly viene después, no estuvo presente en la grabación. Las cosas ya estaban armadas y las canciones mías estaban funcionando, pero entonces él me dijo: "muy lindo flaco, pero las canciones son de otro disco",  y  tenía razón, aunque yo no lo sentía así en ese momento.  Si él dijo que era para otro disco, tendré que tener otro grupo, pensé, y ahí formé Radio Shakespeare y como yo tengo la costumbre de irme en los mejores momentos, le dije adiós a Suéter en pleno auge.

-Pasaste de la fama de Suéter a empezar  de cero con Radio Shakespeare, ¿cómo fue bajar un cambio tan de golpe?
-Tuve que bajar todo. Me venían a buscar en limousina cuando estaba en Suéter y tuve que volver al colectivo, por ejemplo. Al principio me costó, después ya lo tomé como algo natural.

- Luego formaste Mamporro, ¿qué experiencia te dejó esta banda?
-La luchamos con buenos momentos y no tantos. Yo interrumpí mucho, cometí un desliz cuando volvimos con Suéter  y al final se convirtió en un proyecto que no terminó de estar bien encarado. Cuando terminó de desarmarse dije "basta de grupos", básicamente porque los grupos están buenísimos cuando todos tiran para el mismo lado. Es muy difícil encarar un proyecto en cierta etapa de tu vida. Cuando el grupo no está alineado es una carreta que tenés que tirar vos solo.

-¿Eso es lo que te llevó al camino de la carrera de solista?
-Yo quedé aniquilado después del final de la banda porque le había puesto mucho empeño. Habíamos hecho un tercer disco que me parece que era un hilo que nos podía llevar hacia lo que venía, parecía que podía funcionar. Había puesto muchas expectativas y aparecieron algunas internas, eso hizo que la banda no funcione más y yo quedé sin rumbo.  Después de esto yo quedé dos años en una pseudo nebulosa viendo qué hacer. Tenía como 30 o 40 canciones que iban a ser en teoría el cuarto disco de Mamporro, entonces vi que se podía hacer algo, aunque nunca fui muy amigo de salir con mi nombre porque yo creía en los grupos.

-¿Cuán importante es Pablo Sbaraglia en esta etapa?
-Un poco le debo todo esto a él, quien es el coproductor del disco. Él me abrió las puertas de su estudio y sacó tiempo del que  no tiene y de ese tiempo salió "Justo y Necesario", que es un puñado de canciones que me costó elegirlas. Tuve la suerte de armar un esquema de trabajo con gente que admiro y el resultado es el que hoy todos pueden escuchar.

-Ahora que el disco salió a la luz, ¿qué es lo que podés apreciar?, ¿le cambiarias algo?
-Me parece que el disco está bien, de todas formas hace bastante que no lo escucho porque una vez que sale es como que te querés despegar de eso un poco. Aprendí mucho con la tercera producción de Mamporro a hacer discos y en principio a producirlos para la gente y no para los músicos. No me interesa hacer música para guetos, ni para grupos de personas que están esperando que el músico muera arriba del escenario. Lo que me interesa es que un tipo que sea grande o un pibe, lo escuchen. El disco cumple dos reglas básicas. Una es que llega al oído de la gente de una manera amable y la otra es que es honesto con lo que yo siento. Cuando haces un disco,  o cualquier manifestación, es algo a lo que le tenés mucho cariño  porque le pusiste mucho tiempo de tu vida En este disco me permití invitar artistas y hacer arreglos sin tener que estar convenciendo a más gente.

-¿Tenés pensado alguna presentación oficial?
-Me encantaría hacer alguna presentación en pequeño teatro, pero creo que será para marzo. Hay que esperar a que el disco se escuche y de ahí salir a tocar. Cuando lo hagamos va a ser un negocio para todos, no sólo para los tipos que son los dueños de los lugares. 

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