Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Hijos del Oeste

“Escribo sobre lo que me pasa”

Cronista: Pablo Andisco | Fotos: Beto Landoni

18 de Noviembre, 2008

“Escribo sobre lo que me pasa”

Toti Iglesias se hace cargo de su controvertido estilo en una larga conversación con El Bondi en la que no sólo da su versión de la ruptura de Jóvenes Pordioseros. También recuerda lo peligroso que puede ser transformarse en poco tiempo en una estrella de rock y de cargar con el tema de moda. Pero su presente lo ocupa “Estalla”, el disco que acaba de editar con su nuevo proyecto, Hijos del Oeste.

-¿Los temas fueron compuestos para el disco o son de la etapa anterior?
Mitad y mitad… algunos son para lo que iba a ser el disco de Jóvenes, incluso en todos los discos hay temas que hice cuando tenía 16 años. Acá está “Blues del perro”, que yo lo pienso para mis sobrinitos porque casi todos mis amigos tienen hijos, y para mí es un tema para chicos entre 3 y 6 años. La letra puede parecer boluda pero es bien blusera, al estilo Howlin’ Wolf o Muddy Waters, que cantaban cosas muy repetitivas.

-Sin embargo, el comienzo del disco es agresivo, da la sensación que tenías que sacar cosas de adentro, de cierta bronca…
Ese tema, “100 % pordiosero”, ya lo hacíamos con Jóvenes, muchos me preguntaron si tenía que ver con la separación, pero nada que ver, surgió cuando la banda empezó a crecer y venían a preguntarte “¿Por qué suenan en Rial, por qué suenan en Tinelli?”

-Leí por ahí que querías hacer un disco directo, corto, rockero: ¿a qué respondía esa necesidad?
Creo que los pibes con esto de Internet y vivir a mil, hoy no tienen tiempo para un disco largo como sí teníamos nosotros. Siento que están en otra frecuencia frecuencia, entonces quería que lo puedan escuchar, y hasta que se queden con un vacío.

-¿Se sigue pensando un álbum con un orden y una duración determinados, en estos tiempos de Internet y reproductores portátiles?
Sí, por respeto al que lo compra. Yo te hablo de un lugar donde veía una tapa y me imaginaba un contexto: cómo se había grabado, la sesión de fotos, toda una secuencia y hay gente a la que todavía eso le debe importar. Me da hasta lástima pensar que hay pibes que se bajan los temas y ni piensan en que hay un montón de gente laburando atrás. Yo estoy a favor de que se bajen temas y conozcan bandas, pero después siempre les digo que se compren el original que más le guste, sobre todo si son grupos argentinos, porque estamos al horno, la puta que estamos al horno…

Hijos del Oeste debutó en Laferrere y realizó una serie de recitales con la vieja fórmula del boca a boca y del mensajito de texto a mensajito de texto, según palabras del Toti. Y pese a haber tocado ya en lugares oficiales del circuito rock, la herencia de Jóvenes es tan fuerte, al punto de compartir frontman y compositor, buena parte del público y hasta un logo prácticamente idéntico, que hace aún más difusa la transición: 

-¿Cómo organizás los repertorios? ¿Predomina alguna de las bandas o hay un equilibrio?
Trato de que sea mitad y mitad, pero a veces hay prejuicios… en Capital no se puede tocar “Descontrolado”, la gente prefiere otras canciones. Pero la otra vez tocamos en Jujuy y se vino abajo el lugar. Hay gente que quiere escuchar los temas de Jóvenes y a otros les gustará más el nuevo material.

-¿Te pasó de “enojarte” con un tema como “Descontrolado”, que trasciende el ámbito del rock y el público pide que no lo toques?
No, con el tema no me enojo. Una vez fuimos a Rosario y yo venía con esto de no tocarlo, como para decirle a la gente que estaba con ellos, que si ellos no lo querían no lo hacíamos. No lo tocamos y a la semana llovían puteadas en la página, gente que había llevado a los hijos, los sobrinos. No podes estar bien con Dios y con el diablo, tenés que divertirte, porque el que ese día va enojado y quiere encontrarte algo, te lo encuentra.

-¿Por qué crees que pegó el tema? ¿Le veías pasta de hit?
Creo que tiene que ver la letra, y el ritmo que es ganchero, pero no sé si me doy cuenta si un tema va a pegar, porque por ahí lo que me gusta a mí no le gusta a otro. Pero “Descontrolado” lo tocábamos en la playa, en bares con 40 tipos y ya pasaba algo, y te hablo del 2001. “La noche que me diste” yo sé que no es un “Descontrolado”, pero me gusta, es una canción de amor y los pibes me dicen que les llega la letra.

-La primera persona es algo que aparece muy a menudo en tus letras. ¿Son efectivamente vivencias personales?
Yo escribo sobre lo que me pasa, después al ser una canción, entran algunas frases que no tienen que ver conmigo pero el porcentaje es alto, la idea inicial es algo que me pasa, por eso repito rock and roll, tomar, la noche, y me lo critican mucho, pero no lo puedo evitar. Si hubiera cambiado mucho, seguro que decían “se fue a la mierda”… 

-Dijiste que ibas a tratar de suavizar un poco el tema de las letras, teniendo en cuenta que hay pibes muy chicos que te siguen, pero por lo que se escucha en el disco mucho no lo lograste…
Más o menos, porque si lo suavizo no puedo contar una historia que me pase, y no invento las historias… (piensa). En realidad me fijo: si vamos a tocar a la noche, sé la gente que va, y ahí puedo hacer una canción más guasa. Me acuerdo que hice un click en un recital de Jóvenes en CM, cuando íbamos a tocar “Dale que va, dale aspirá”: algo que me marcó, y eso que estaba bastante excitado, fue mirar al costado de la valla a dos nenitos de 11, 12 años, con remera de Jóvenes, pañuelito… Se ve que serían los hijos de los camarógrafos, o de alguien de ahí. Y no la pude tocar, sentí que el tema era para Cemento, otra época, otra gente y no la podía tocar en la cara de esos chicos.

-El éxito de Jóvenes fue repentino y meteórico: ¿se te acercaron los “amigos del campeón”?
Sí, a full. Yo llegué casi hasta perder a mis amigos verdaderos, a los del barrio. Hoy me junto de vuelta con ellos y está buenísimo, pero en su momento empecé a salir con otra gente y mis amigos me decían: “son barriletes, te quieren porque salís en la tele”, y era verdad. Por suerte me desprendí solo, hoy los cruzo y cada tanto hay alguna salida, pero sé quienes son mis amigos. Ellos me recontra rescataron de todo, de los giles y de un montón de cosas más, en momentos en los que yo estaba hecho mierda. Y había muchos “amigos del campeón”, incluso dentro de Jóvenes.

Ya pasó casi un año del comunicado oficial de la separación de Jóvenes Pordioseros y del caótico último show en Federación Rock. Sin embargo, Toti no tiene reparos en contar una vez más su versión de los hechos, y queda claro por cuáles de sus ex compañeros guarda afecto y a qué otros prefiere ni nombrarlos:
“Jóvenes fue parte de mi vida y estoy con la mente tranquila. Yo me fui porque no me trataron bien. Yo soy mucho de la patota de amigos y esas cosas traen recelos, estaba cortada la relación. Fueron muchos años…”

-Leyendo los reportajes queda esa idea de que el germen de la separación fue un malentendido que no se pudo aclarar a tiempo. ¿Fue realmente así?
Sí, lo que pasa es que alguien de adentro metió ficha para hacerles la cabeza a los chicos, si no, capaz hoy estaríamos tocando. Se habló de un proyecto solista mío, y lo que hice fue grabar un tema para un disco de Greenpeace, y en lugar de preguntarme empezaron con un puterío… La verdad es que Jóvenes tenía mucha gente alrededor, y así como yo, cada uno tenía sus amigos y capaz le empezaron a hacer la cabeza.

-¿Cómo quedaron las cosas en este tiempo?
Hay gente que quedó de ese lado que yo quiero mucho. El Chori (baterista de Jóvenes) fue amigo mío de chico, lo quiero mucho a él, a su familia. Lo de Federación, vender el recital de Jóvenes y no avisarme a mí ni a los técnicos, no se lo perdonan ni los técnicos ni yo. Entonces eso sí me choca, cuando me acuerdo que hice 600 km al pedo para decirle al organizador que yo estaba… Esas cosas me dan mucha bronca.

-¿La banda estaba separada para esa fecha?
No, estábamos de vacaciones. Pero vieron la movida y fueron, no nos avisaron, y el que quedaba mal era yo, porque a los técnicos no los conoce el organizador. Yo me fui con los técnicos para allá, y esa no me cabió, porque yo no se la hubiera hecho nunca. Como estábamos medio distanciados, nos habíamos tomado vacaciones. Yo veía que de parte de los managers iba a venir un verano sin recitales. Le mandé un mail a los chicos y les dije “Loco, fijénse si vamos a tocar, yo me voy, pero si sale algo me vuelvo”. La costa había que hacerla, después de tantos años no daba dejar de ir porque una persona no quería, y yo sentía que el manager no la quería hacer. Y nadie movía un pelo, pero ahí ya estaba ese puterío del que yo me enteré después, si no, no hubiera ido a Federación.

-En el tema “Estalla” entre otras cosas decís “no tenés códigos, te querés matar, acá estoy”. ¿Le hablás a alguien en especial?
Mirá, yo de Jóvenes me quedé con la mitad de los asistentes o un poco más, los técnicos, creo que quedaron los de seguridad del otro lado. Y con la mitad de la banda no tengo nada, a Sikus (bajista) lo veo, lo saludo. No hay un destinatario, pero en ese momento me sentí muy triste porque no me hablaban, y no sabía por qué. Después me enteré de un millón de cosas, reuniones a escondidas…

-¿Después de Federación hubo algún tipo de acercamiento?
Ni en pedo, porque no se hace eso, yo no se los hubiera hecho nunca. Me duele mucho, porque mi amigo era el Chori. Yo volvería con Jóvenes pero con el primer guitarrista, con el que está en los demos.

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