Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
Seguinos en
Banner

Arbol

“Lo único que pueden salvarte son las canciones”

Cronista: Pablo Andisco | Fotos: Beto Landoni

19 de Diciembre, 2007

“Lo único que pueden salvarte son las canciones”

Mano a mano con la banda de Haedo, después de “Hormigas” y antes de su presentación el miércoles 26 en La Trastienda.

Un nuevo disco supone algún tipo de desafío para las bandas. Puede ser asimilar la partida de un integrante, encarar un trabajo conjunto desde la composición o la producción o tener que suceder un disco exitoso. Estos tres factores se juntaron en “Hormigas”, el quinto trabajo de Árbol, y es inevitable tomarlo como el hilo conductor del reportaje.

-Explicaron el título como un trabajo en conjunto de cada una de las partes para arribar a un todo superador. ¿Esto es nuevo o está acentuado en este disco?
Sebastián Bianchini, bajo y voz:
Es algo que siempre estuvo, pero en este caso se acentuó. Luego de la partida de Eduardo tuvimos muchas charlas para ver que queríamos, cómo seguíamos, y surgió esto de una mayor participación grupal. Justo estábamos terminando nuestra sala de ensayo y pudimos laburar bastante en ese espacio. Después de un periodo de duelo y un proceso catártico de hacer música, empezamos a laburar en positivo pensando en un disco, empezamos a escucharnos mucho entre nosotros. Y cuando teníamos terminado el disco, nos pareció que cerraba bien “Hormigas” para describir ese proceso.

-¿Influyó en algo venir de un disco tan exitoso como “Guau!”?
Hernán Bruckner, guitarra y voz:
Te genera algo de incertidumbre el hecho de si va a gustar o no.  Pero cuando nos metemos a hacer música tratamos de hacer lo mejor, y para este caso pensamos que lo mejor era este laburo grupal. Y muchas cosas son intuitivas no tienen mucha explicación. Por suerte, durante ese proceso pudimos mantenernos alejados del dolor y las dudas de la ida de Edu, y de cualquier presión que podía suponer un disco como “Guau!”, y logramos un estado de concentración y pureza a la hora de hacer música.

-¿Ese proceso lleva muchas discusiones?
Hernán:
Sí, pero uno siempre piensa “discusión” como una mala palabra, pero en realidad un montón de ideas nuevas salen de discusiones, está bueno ese cruce de ideas para intentar llegar a una idea mejor.
Sebastián: Trabajar así lleva más tiempo, pero quedamos más contentos porque todos somos partícipes de todo. Quizás cada uno tenga una idea diferente de cómo hacer cada cosa; pero estamos aprendiendo, con este ejercicio permanente de escucharnos más, a valorar las ideas de los demás para generar una idea de grupo.

-¿Cómo encararon la salida de Eduardo desde el punto de vista musical?
Pablo Romero, voz y guitarra:
Estamos cantando los cuatro, estudiando por separado y también en conjunto. Y eso nos ayuda mucho a la hora de ensamblar las voces. Siempre consideramos a la voz como un instrumento muy importante y le damos el lugar correspondiente.

-No hay un reemplazante de Eduardo.
Pablo:
No, es parte del proceso que te contaba Sebastián; empezamos cada uno a cantar cada vez más. No es que planteamos como reemplazar la voz o el violín, simplemente tocamos los temas y se fueron acomodando las voces: Hernán canta más seguido, Martín empezó a cantar también, y en “Mirá vos” hasta cantamos los cuatro.

-¿Por qué la elección de Los Tipitos y Fernando Ruiz Díaz como invitados?
Pablo:
Fue una cosa increíble, totalmente espontánea. Los Tipitos vinieron al estudio a mostrarnos su disco y terminaron grabando en el nuestro. Y Fernando vino a buscar un bajo y yo estaba grabando “Memoria” y no me salía. Le dijimos si la quería cantar y se copó al toque. Son amigos de la vida, los queremos y respetamos mucho.

Arbol llegó a primera de la mano de Gustavo Santaolalla y tiene en Pablo Romero a uno de los productores más reconocidos de la nueva generación. En “Hormigas”, sin embargo, la producción es compartida por los cuatro, otra novedad.

-¿Por qué tomaron esta decisión?
Pablo:
Por un lado, cambiamos de compañía y además Gustavo tiene dos Oscar encima, así que se complicó trabajar con él, sobre todo por los tiempos.
Sebastián: Pensamos para cada etapa de la grabación llevar un técnico diferente, para tener una visión por fuera de lo que es el grupo. También Gustavo nos decía siempre que nos teníamos que producir nosotros. Así que decidimos tirarnos a la pileta.
Pablo: Con un productor las cosas son un poco más directas a la hora de trabajar y nosotros somos más relajados, para llegar a estar conformes los cuatro a la hora de escuchar el disco. Cada momento es único, cada disco es diferente y nos pareció piola escucharnos, hacer de la disidencia el camino para llegar a un buen puerto.

-¿Qué es más difícil, trabajar con el grupo ajeno o con el propio?
Pablo:
La ventaja de laburar con otras bandas es que tenés una mirada más objetiva, si es que existe. Pero está buenísimo trabajar con tu banda, es algo que llevás también después a los grupos que producís.

-¿Sienten que se le está dando más importancia que antes a la figura del productor?
Pablo:
Yo creo que hay una confusión, el productor está visto como la persona que te va a salvar, y lo único que pueden salvarte son las canciones y la buena química entre los músicos.

-¿Y con la gente qué onda? Se escuchó mucho eso del regreso a un “Sonido Arbol”.
Pablo:
Por lo general gustó, pero hay algo cierto en lo que decís. De repente hay un tema hardcore como “Tiquitiqui” y te dicen “Uy, volvieron al primer disco”, y en el primer disco no hay un hardcore tan extremo como ese. Nos podemos dar ese gusto.

-¿Creen que esto tiene que ver con el disgusto de los fanáticos más antiguos cuando un grupo crece?
Pablo:
Sí, pero eso pasó siempre, y con todas las bandas. Pasó lo mismo en el Pepsi durante “Palomas”, que es una baguala hardcore, uno me gritaba desde abajo “¡Volvieron, volvieron!”. Y capaz que para otro nos alejamos. Pero Arbol es eso, y está buenísimo.

-¿Por qué creen que Arbol pegó entre los pibes más chicos?
Pablo:
De nuestra parte no sé si serán las letras, las melodías o la estética. Yo creo que tiene que ver más lo que pasa en la sociedad: ya no hay tantas barreras de edades y hay pibes de 30 que tienen hijos de 10 y no son tan prejuiciosos. Y lo más fuerte de todo es que el primer recital de esos pibes puede ser uno de Arbol, y eso no se olvida más. Después ese pibe va creciendo con vos y con tu música. Está buenísimo poder ocupar ese lugar.

-¿Tienen en cuenta a este público a la hora de componer o de tirar un mensaje?
Pablo:
Donde hay un cuidado es en la forma de decir las cosas, en cómo llevarlo adelante.
Martín Millán, batería y voz: Un motor fundamental en la obra de Arbol es hacer pensar, nos gusta hacer pensar. Fomentar más de una lectura, no que te llegue todo empaquetado. Es como un juego.

-¿Como va a ser el show de La Trastienda?
Martín:
Tenemos ganas de hacer una parte acústica. La idea es despedir el año y tocar en capital, que hace rato que no lo hacemos, salvo en los festivales.
Sebas: La presentación oficial la dejamos para el año que viene, ahora estamos yendo mucho al interior, vamos a hacer la Costa, Uruguay, México, Chile.
Pablo: También la idea de hacer algo más íntimo, para tener un contacto más cercano con la gente.

TODAS LAS FOTOS