Miguel Mateos
Uno
Cronista: Gentileza: Bruno Lazzaro
12 de Noviembre, 2005
Hay muchos que con chapa de don nadie se esmeran en decir y decidir qué es rock y que no. Lamentablemente, estos mercaderes de la incompetencia son los que le meten a la cabeza a la gente qué es lo que hay que escuchar y que no. Estos mismos, que en su mo
Hay muchos que con chapa de don nadie se esmeran en decir y decidir qué es rock y que no. Lamentablemente, estos mercaderes de la incompetencia son los que le meten a la cabeza a la gente qué es lo que hay que escuchar y que no. Estos mismos, que en su momento apoyaron la carrera de Miguel Mateos solista y la del grupo que lideraba “Zas”, fueron los que le bajaron el pulgar a sus vueltas.
Obviamente que Mateos ya no era redituable y era mejor sostenerlo con los temas viejos, condenándolo a un pasado del que ya salió varias veces. Con su anterior placa “Salir vivo” Mateos, músico que en Latinoamérica y zonas mediterráneas de EE.UU es más reconocido que en su propio país, intentó un regreso que no se pudo dar ya que sólo fue sostenido por la insípida Mega.
Tres años más tarde y con un disco más lineal e intimista, Mateos vuelve para ver si puede tirar más arriba de lo que uno imagina.
El disco en cuestión se llama “Uno” y como el dice en el tema que da nombre al disco: “uno puede decidir, sacar los esqueletos del closet que llevan largo tiempo allí”, “uno se pone a prueba” “porque la cima esta desierta y es mejor estar alerta para que uno pueda hacer las pases con uno”. Un disco de confesiones, de reflexiones, de cuestionamientos y confirmaciones. Un álbum donde parece reconciliarse consigo mismo y, a base de canciones más eclécticas que pegadizas, recorre 13 temas con una particularidad especial: los títulos son de una palabra. Hagamos un repaso: el antes mencionado “Uno”, “Tu”, “3”, “Bien”, “Afortunado”, “Vivo”, “Cielo”, “Mundo”, “Dama”, “Cosa”, “Amo”, “Yo” e “Incondicional”. Algo un poco obsesivo, como el disco.
Con una voz que por momentos se mezcla entre un Luis Alberto Spinetta reciclado y un Alejandro Lerner posmoderno, M & M confirma que es rock y con invitados como Ciro Fogliata, Javier Malosetti, Guillermo Vadalá y Las Blacanblues también renueva la esperanza de todos aquellos que pensaban que el pop estaba muerto o algo aún peor: que el pop sólo era Miranda .
Obviamente que Mateos ya no era redituable y era mejor sostenerlo con los temas viejos, condenándolo a un pasado del que ya salió varias veces. Con su anterior placa “Salir vivo” Mateos, músico que en Latinoamérica y zonas mediterráneas de EE.UU es más reconocido que en su propio país, intentó un regreso que no se pudo dar ya que sólo fue sostenido por la insípida Mega.
Tres años más tarde y con un disco más lineal e intimista, Mateos vuelve para ver si puede tirar más arriba de lo que uno imagina.
El disco en cuestión se llama “Uno” y como el dice en el tema que da nombre al disco: “uno puede decidir, sacar los esqueletos del closet que llevan largo tiempo allí”, “uno se pone a prueba” “porque la cima esta desierta y es mejor estar alerta para que uno pueda hacer las pases con uno”. Un disco de confesiones, de reflexiones, de cuestionamientos y confirmaciones. Un álbum donde parece reconciliarse consigo mismo y, a base de canciones más eclécticas que pegadizas, recorre 13 temas con una particularidad especial: los títulos son de una palabra. Hagamos un repaso: el antes mencionado “Uno”, “Tu”, “3”, “Bien”, “Afortunado”, “Vivo”, “Cielo”, “Mundo”, “Dama”, “Cosa”, “Amo”, “Yo” e “Incondicional”. Algo un poco obsesivo, como el disco.
Con una voz que por momentos se mezcla entre un Luis Alberto Spinetta reciclado y un Alejandro Lerner posmoderno, M & M confirma que es rock y con invitados como Ciro Fogliata, Javier Malosetti, Guillermo Vadalá y Las Blacanblues también renueva la esperanza de todos aquellos que pensaban que el pop estaba muerto o algo aún peor: que el pop sólo era Miranda .
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