Shanghai
Extraño Vicio
Cronista: Gentileza: Bruno Lazzaro
25 de Octubre, 2005
Los nombres de la bandas de rock and roll no suelen tener una elaboración digna de una atención personalizada. Son muchas las que incluyen en sus comienzos los artículos “los”, “la” y “el”. Por eso, encontrar un conjunto que deje de lado esta tendencia pa
Los nombres de la bandas de rock and roll no suelen tener una elaboración digna de una atención personalizada. Son muchas las que incluyen en sus comienzos los artículos “los”, “la” y “el”. Por eso, encontrar un conjunto que deje de lado esta tendencia para adoptar un nombre particular no es poca cosa.
Entre los orígenes de esta denominación hay tres lugares en los que se puede caer: una es el juego, aunque poco probable. Otra es la ciudad china, podríamos pensar que no, pero andá a saber. Y la última es que provenga del tema de Los Redonditos de Ricota, Sorpresa en Shangai. Lo que resulta ser lo más probable, pero... . Un mote que no sigue los caminos clásicos que llevan a que al nombrar a una banda ya pueda entenderse a que tipo de estilo representa.
Shangai, un nombre no muy original, pero meritorio. Como su música: un rock and roll que no ofrece nada nuevo, pero que con algún que otro tema demuestran que en con sus siguientes placas encontrarán algo más personal con aportes funk, hard rock y las clásicas baladas.
Extraño Vicio, editado este año, comienza con “Mala Suerte” un rock and roll bien fuerte que da la bienvenida a 45 minutos de rock. En “Pasión de multitudes” bajan un par de revoluciones y sacan chapa de futboleros con frases como “más allá del resultado, debo estar en el tablón”, “agitando con la hinchada, abrazándome en un gol” y bajan un par de revoluciones con unos buenos vientos de compañía. La balada rock se hace presente en “Extraño vicio”, donde la voz del cantante se mezcla con la de alguno de todos los imitadores de Calamaro, ejemplo Toti Iglesias.
En “Dale-Dale” una base funk refresca una línea musical muy marcada. “Sed de revancha” es un rock candombe bien piojoso. “Sin conexión”, presenta un punteo bien chili peppers y en “Sin conexión” el bajo de Sergio Varela se luce en el mejor tema del disco. “Bailemos” es un tema natural, ideal para descansar un poco de tanto rock, exquisito. Pasan “Seguís dando vueltas”, “Rockero” y “Culpable”.
En el final una voz de nene/a de escasos años tira un par de frases antes que la furia rockera de la banda arremeta en “Mi princesa”, dejando en el estribillo una carga emocional fuerte.
En fin, Shanghai rock, no hace mal en poner en su nombre una denominación que lo define en cuatro letras: rock. Fuerte, agresivo y con un sentido con causa. De las consecuencias sólo ellos tendrán noticias. O quizá no...quién sabe.
Entre los orígenes de esta denominación hay tres lugares en los que se puede caer: una es el juego, aunque poco probable. Otra es la ciudad china, podríamos pensar que no, pero andá a saber. Y la última es que provenga del tema de Los Redonditos de Ricota, Sorpresa en Shangai. Lo que resulta ser lo más probable, pero... . Un mote que no sigue los caminos clásicos que llevan a que al nombrar a una banda ya pueda entenderse a que tipo de estilo representa.
Shangai, un nombre no muy original, pero meritorio. Como su música: un rock and roll que no ofrece nada nuevo, pero que con algún que otro tema demuestran que en con sus siguientes placas encontrarán algo más personal con aportes funk, hard rock y las clásicas baladas.
Extraño Vicio, editado este año, comienza con “Mala Suerte” un rock and roll bien fuerte que da la bienvenida a 45 minutos de rock. En “Pasión de multitudes” bajan un par de revoluciones y sacan chapa de futboleros con frases como “más allá del resultado, debo estar en el tablón”, “agitando con la hinchada, abrazándome en un gol” y bajan un par de revoluciones con unos buenos vientos de compañía. La balada rock se hace presente en “Extraño vicio”, donde la voz del cantante se mezcla con la de alguno de todos los imitadores de Calamaro, ejemplo Toti Iglesias.
En “Dale-Dale” una base funk refresca una línea musical muy marcada. “Sed de revancha” es un rock candombe bien piojoso. “Sin conexión”, presenta un punteo bien chili peppers y en “Sin conexión” el bajo de Sergio Varela se luce en el mejor tema del disco. “Bailemos” es un tema natural, ideal para descansar un poco de tanto rock, exquisito. Pasan “Seguís dando vueltas”, “Rockero” y “Culpable”.
En el final una voz de nene/a de escasos años tira un par de frases antes que la furia rockera de la banda arremeta en “Mi princesa”, dejando en el estribillo una carga emocional fuerte.
En fin, Shanghai rock, no hace mal en poner en su nombre una denominación que lo define en cuatro letras: rock. Fuerte, agresivo y con un sentido con causa. De las consecuencias sólo ellos tendrán noticias. O quizá no...quién sabe.
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