Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Flopa

5 Finales Para el Mismo Cuento

Cronista: Sergio Visciglia

26 de Junio, 2019

5 Finales Para el Mismo Cuento

La cantante ofrece su ya clásica poesía para disfrutar, envuelta en canciones que viran por diferentes estadíos y apoyada en una banda de lujo.

El trabajo editado por Flopa el pasado año es 5 Finales para el mismo cuento (2018). Así que no nos queda otra que relajarnos, darle play y elegir nuestra propia aventura para encontrar el que más nos haga feliz. O no.

“La chispa” presenta la escucha de una forma luminosa, bien al estilo canción de Flopa, con un muy comprador riff de guitarra a cargo de Manza Esain, encargado también de la producción de toda la obra. “Todo lo que queda es lo que has dado”, repite sobre el final de una muestra más de la rica poesía a cargo de la cantante.

Al toque, “No queda más” deja en evidencia la elección de los instrumentistas elegidos para la ocasión. El hermano del productor y compañero de banda en Valle de Muñecas es Lulo Esain y se encarga de la batería, acompañado de Federico Ghazarossian en bajo, quien a su vez es su coequiper en Acorazado Potemkin. La potente base deja su evidencia en una canción rockera y bien garagera cuya lírica parece esbozar resabios de algo que se terminó. “Haré lo que hago siempre, la vida me acomoda, siempre contracorriente, nunca estuve a la moda”, canta, y casi que sintetiza su prolífica carrera musical.

Es que Flopa parece nunca haber querido congraciarse con los gustos de la maquinaria del mainstream, pero vaya si se adentró en el pulso de quienes recibieron sus versos en los momentos justos.

“Mi propia marca” es una oscura música en la que la letra de a poco se va iluminando hasta terminar tímidamente convenciéndose de que es una canción de amor. Coquetea con lo directo y quiere dejar todo de lado: “Puede venirse el mundo abajo, puede cambiar de pronto el eje de la tierra, vos y yo estamos fuera de alcance si seguimos queriéndonos de esta manera”. Hermosa por donde se la escuche.

El tándem final compuesto por “Nada entre manos” y “La sombra de la duda” devuelve la veta bien rockera y los solos más que podridos y distorsionados. La base Potemkin también se luce y demuestra lo que sabe hacer mejor, e inclina la balanza del EP hacia un veredicto que va más directo a las entrañas y golpea en el pulso más rockero de la personalidad de Flopa.

El final se descontrola bien arremolinado. Los casi veinte minutos de escucha nos dejan con muchas ganas de más. Si tenemos que elegir uno de los finales, tal vez elegiríamos que no termine nunca. Estamos satisfechos pero la magia de sentir que no es suficiente nos convence de que una vez más la cantautora entró su música en nuestra sangre. Agradecidos.

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