Frankie Lampariello
Quien sos?
03 de Julio, 2019
Disco solista debut del músico uruguayo, ex bajista y vocalista de la banda Hereford. Rock bien potente y firme, con letras para escuchar con atención.
Desde Uruguay, Frankie Lampariello supo rockear bien fuerte desde siempre, en la década pasada de la mano de la gran banda Hereford, que tuvo sus incursiones desde este lado del charco, más que nada con los trabajos La Corona del Rey (2003) y Ruido (2006). Tras su disolución, el músico continuó su camino y es cantante de los proyectos Los Hermanos Brother y HDP’s. Envuelto siempre bajo el manto rockero, ¿Quién sos? (2018) es su disco solista con el hard rock como estandarte.
La escucha empieza con “No va más” y nos avisa que el rock duro setentoso se robará el protagonismo general. Todo se corroborará con la canción que da nombre al disco y unas guitarras bien presentes que marcan el pulso. La pregunta “¿Quién sos?” recorre un poco toda la obra, desde segmentos que viajan entre el adentro y el afuera, tocando el existencialismo y también problemáticas sociales de ahora y siempre.
Y en esa lírica llega el tándem “Mil veces más” y “Amigos”, las cuales parecen acomodarse para darle una mano a quien la necesita. “No vas a abandonar, mi corazón está latiendo por los dos”, reza la primera para en la siguiente concluir con un “no estás solo, acá vamos a estar”.
“Inercia” le baja un cambio a la distorsión asomándose como la balada del álbum que vuelve a su esencia inmediatamente de la mano de “Pisando fondo”. La batalla la presenta “Espejismos”, que con ironía tira un “hagamos pop, el rock ya fue” y acusa al destinatario de vender espejismos sin pedir perdón. Y si no nos quedaba claro, remata con un lapidario “cambiando notas por monedas y melodías por polleras, sos así”. La industria del poder.
“Quien soy”, en clave grunge, vendría a cerrar el círculo propuesto al inicio y sus toques musicales y líricos nos hacen viajar un poco a aquellos momentos gratos de Hereford hace ya más de una década. En medio del tramo más oscuro del disco llega una gran versión de “Uno entre mil” de Gustavo Cerati, más podrida que la original.
Pero luego de la noche vuelve el amanecer y “Luli” puede ser cantada en cualquier día playero (aunque podría ser mejor un atardecer). Redonda, popera y cortita, le da un toque fresco y sin distorsión que cuaja perfecto para ser la pieza diferente.
Luego de que “Mejor” volviera a las raíces, el cantante se guarda dos letras bien fuertes para el final: “De guante blanco” escupe toda la corrupción vigente desde siempre, e “Inocencia perdida” arremete contra la pedofilia eclesiástica.
En tiempos de trap y reggaetón, Frankie apuesta al hard rock y gana con un buen trabajo que más allá de su música característica, pide una fuerte atención a su calidad lírica. Veremos si cruza el charco para regalarnos algún show en vivo.
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