Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Las Manos de Filippi

Marginal y popular

Cronista: Lucas González

23 de Abril, 2014

Marginal y popular

Un nuevo disco de Las Manos sale a la luz. Protesta, denuncia, rock y un poquito de ska integran un cóctel letal para el capitalismo.

¿Nacional y Popular? Claro que no, lectores. Esto es Marginal y Popular, nombre que utilizan Las Manos de Filippi para titular su nuevo álbum de estudio y que juega con el leitmotiv del kirchnerismo. Un cross de izquierda (¡no podía ser de otra manera!) que arremete directo al mentón de la patronal o del oficialismo, como se lo quiera ver. De esa manera, las once canciones que componen el material buscan ganar protagonismo, algo que consiguen a base de letras que se nutren de la realidad de un país díscolo.

El inicio arremete con la guitarra de Gaspar Benegas que vomita un riff distorsionado que acompaña la denuncia camuflada de canción que interpreta “El Cabra” de Vega. Un maquinista acusado del choque de un tren, la inocencia del “Pato” Fontanet, cantante de Callejeros, una futura postulación de Anibal Ibarra o el asesinato de los QOM, comunidad aborigen del Chaco, son algunas de las situaciones que se relatan en los tres minutos y medio que dura “Van por el oro”. 

Una que tiene destino de hit es “El Rey de la autocrítica”. Aquí el Cabra se permiten reflexionar sobre las personas que incursionan en la militancia política, usufructuando al máximo la lirica irónica. A esto se le suma la base funky en la que está compuesta y los coros realizados por los miembros del grupo. Asimismo, y ubicado en el otro extremo emocional, aparece la apesumbrada “Gorrión porteño”. El relato se centra en la libertad desde una perspectiva nostálgica, como algo que hace tiempo se perdió y se añora (“A esas almas encerradas en las caras les refriega las alas”). Una genialidad.

La Manoscracia nos permite disfrutar de dos joyitas dentro del disco: “Ratas” y “Crisis internacional”, y en ambas Cabra cede el protagonismo. En la primera, “Pecho” Anzoategui o El Exagerado (álter ego con el cual suele presentarse), trompetista del grupo, con su voz desabrida escupe unas cuantas verdades (“Todos adentro, nadie está afuera/Basta de hambre y que la gente muera”). En el otro caso, Benegas se hace cargo del micrófono desenvolviéndose con gran soltura y poniéndole la garganta a un ska contestatario (“Nunca van a querer ver a la gente luchando en la calle/Con un cartel independiente de la mafia y de la patronal”).  

La protesta es algo que se mantiene a lo largo del material, incitando al agite, pero sin perder de vista la concientización de los oyentes. Esto queda claro en canciones como “Villa Manuelita no”, “No hay sangre” y en particular “Gobiernos”, en donde Cabra vocifera: “No toda la gente tiene la cabeza tan hecha de goma”.

La última tríada de canciones la componen, de alguna manera, las más livianas (tomar esto entre comillas, muchas): “Mi familia es una masa”, “Multivitamínico” y “Palermo zombie”. Ésta última realiza una crítica afilada a uno de los barrios más ostentosos y superficiales que integran Capital Federal. 

Marginal y popular es un disco comprometido al cien por ciento, tanto en lo social como en lo político. La coherencia del dicho al hecho, y de éste, a la canción.

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