Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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La Gran 7

Nubes de tierra

Cronista: Lucas González

14 de Febrero, 2014

Nubes de tierra

La Gran 7 arremete con un disco plagado de buenas intenciones. El mensaje lo dejan bien claro, de principio a fin, del primero al último segundo: es cuestión de animarse a más, a dar el salto, al fin y al cabo, sólo depende de cada uno.

Inicio a toda viola, una voz bien marcada y un vasto caudal de muy buena vibra. Esos términos podrían ser los más acertados al momento de hablar de Nubes de tierra, tercer álbum de La Gran 7, santafesinos ellos. El oyente se podrá encontrar, en los primeros segundos, con un muro asentado a base de bellas y calmas melodías, haciendo hincapié en las letras interpretadas por Emiliano Haquin. Es ahí donde la LG7 se hace fuerte, explotando letras con un mensaje claro y conciso: no importa la penuria, ni cuán largo sea el camino, siempre se ve le una luz al final del túnel.
 
La travesía rítmica inicia con “Un día así” (“Esperar, sólo esta vez. Esperar y no volver. Esperar y no volverse a caer”), lisa y llana muestra de la esencia en la que están envueltas las doce canciones que conforman la placa. Lejos de caer en lugares comunes, nos otorgan un crisol de ideas, o mejor dicho, sentimientos (ideal para el bolsillo del caballero y la cartera de la dama) que buscan coquetear con el ánimo de cada disco-escucha. 

El relato avanza, mostrando diversas tonalidades con “Lo que fue y será” o “Sueño”. Allí es cuando se presentan  Emanuel Haquin y su armónica, otro de los personajes principales dentro de esta aventura junto a los vientos, que cobran protagonismo con el transcurso de las canciones.
 
Sin dudas, dos de los puntos fuertes de Nubes de tierra son “Veneno” y “Siempre”. El primero deja bien en claro por qué LG7 es una banda de rock, mostrando un sonido áspero y con guitarras que toman la posta. El segundo encapsula en tres escasos minutos la esencia y alma de la banda (“El dolor no es fácil pero te hace grande”).
 
El arte de tapa se merece un párrafo aparte. Ilustrado por Sebastián Farias, el libro posee imágenes que para algunos memoriosos podrían resultar similares, salvando las distancias, a las publicadas en La Biblia de Vox Dei. Además, un dato no menor, las canciones están ordenadas por capítulos que van del I al V y en el ínterín se pueden apreciar mensajes, incluido un versículo del Apocalipsis, en los cuales se invita al lector ocasional a creer que todo esfuerzo conlleva su recompensa, como  figura en uno de los textos: “Al final, después de todo, estaremos desgarrados y hasta cansados, tal vez; pero con más hambre de estar. Vas a ver”.
 
Nada más, ni nada menos, que diez años y un tercer disco a cuestas. Una síntesis del camino que lleva hecho La Gran 7, que sigue demostrando que, disco a disco y a medida que pasan los años, va consolidando su identidad como banda.
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