El Buen Salvaje
El Buen Salvaje
Cronista: Pablo Andisco
“Dios baila bien” cierra el álbum y a modo de suite, transmite lo que El Buen Salvaje representa como banda y esboza un interesante costado progresivo para desarrollar en el futuro.
29 de Octubre, 2013
Primer álbum del quinteto: aire fresco para el hard rock.
Hasta la llegada del cantante Edd Brizuela hacia finales del 2010, El Buen Salvaje había desarrollado su carrera como un proyecto instrumental. Y este origen se nota en las composiciones del guitarrista Tomás Vigo, que escapan de la linealidad y ofrecen un amplio espectro de matices, siempre dentro de los márgenes que permite el rock pesado.
El disco abre con “Ojos medusa”, de bases poderosas y guitarras envolventes, y a partir de allí paseará por el metal más clásico (“Uxmal”), otros pasajes niumetaleros (“Bipolar”) o el hard rock más intenso de “Vistiendo la sombra” o “Cuello de luna”, donde las guitarras de Vigo y Amadeo Beltrán se conectan con furia pero sin perder el respeto por la melodía.
“Dios baila bien” cierra el álbum y a modo de suite, transmite lo que El Buen Salvaje representa como banda y esboza un interesante costado progresivo para desarrollar en el futuro.
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