Ciudadano del mundo

En un formato de canción pop/rock, con arreglos cuidados e invitados en su punto justo, Bautista Santos presenta doce temas de pretendida estirpe cosmopolita, originados en los distintos paisajes donde vivió, entre un espíritu nómade y las experiencias nocturnas en la ciudad. Como muestra vale el tema "Ciudadano del mundo", tercero de la placa, donde voces e instrumentos de diferentes latitudes se asocian para enmarcar una letra de altamar.

Sin embargo, el primer tema, "Ascensor", abre en un plan diferente: un elogio del encierro y la vuelta al hogar, que conecta con el Calamaro de Honestidad brutal; y también "Un cuarto de hotel" entra en esta sintonía, con guitarras más rockeras y los coros de Los Tipitos. El contraste con "Donde están ustedes" es inmediato, gracias a sus teclas bolicheras y su clima de fiebre de sábado por la noche.

A partir de allí, Santos elige transitar un camino más relajado, entre baladas casi folk ("Apocalipsis"), el pop de rima peligrosamente consonante de "Diva", toda la influencia beatle de "Hojas frescas" y la mejor de este tramo, "Enredadera", una historia de fábula con su estribillo de masas. Sólo los guiños rockeros de "Rejunte de mar" logran alterar este paisaje.

Hacia el final del disco, la presencia de David Lebón jerarquiza el trabajo: primero, con la guitarra quejumbrosa en "Imagínate ser rey"; y luego también con su voz, en el rockito "Taxi color verde". Para terminar, "Bailamos" vuelve a la escena del electro rock bolichero con link a Babasónicos.

En un clima cancionero, deudor tanto de Los Beatles como del rock nacional, Bautista Santos cuenta en primera persona aquellos lugares y experiencias que marcaron su vida.