Sebastián Schon
Ahora
30 de Agosto, 2010
Diario del cantautor melancólico.
Sebastián Schon lleva casi treinta años dando vueltas en el mundo de la música, sea como multi instrumentista (participó como invitado de artistas importantes como Andrés Calamaro, Diego Torres, Rubén Rada y Miranda!, entre tantos etcéteras), como productor o como ingeniero de sonido, colaborando permanentemente con Cachorro López. En resumen, estuvo cerca de buena parte de los hits del pop rock latino del último tiempo.
Ahora (2010) es su segundo álbum, cuatro años después de Dos puntos y puesto a componer, Schon exhibe una melancolía casi militante y se pone el traje de cantautor pop con buenos resultados. Aunque un tanto extenso y reiterativo en su formato (catorce canciones pueden ser hoy en día una eternidad,) pasea su ductilidad como instrumentista en guitarras, teclados, bajo y saxo (sólo la batería y algún otro instrumento ocasional no son tocados por sus manos) y se destapa como un delicado cantante, con un registro a la uruguaya, entre algunos giros de Rada y el susurro interpretativo como religión.
Dentro de un marco pop prolijo, con canciones bien arregladas y un low fi permanente, el disco corre sin mayores sobresaltos entre bossas, valsecitos y baladas, con algunos toques latinos. “No me puede fallar” abre el álbum y anticipa lo que vamos a escuchar: un vals que enmarca tácticas y estrategias de la reconquista amorosa, dentro de una estructura donde cada sonido parece estar en su justo tiempo y espacio. “Ahora” trae la visión actual del paso de la niñez a la adolescencia: círculos que se cierran tiempo después. Algo más movido es “Tenerte cerca”, con el acordeón de Sebastián Schachtel elevando, apenas, los decibeles.
“Caminar” empieza con riffs bien graves pero se frena para que la acústica comande la balada, una fórmula que se repite en “Debilidad”. “Cuando no estás” es uno de los destacados, con su bossa por momentos alatinada, mientras que la balada vuelve con “Otra cosa”. “El viaje” trae atisbos pop rock, con la batería más al frente que nunca, y el contraste con “Flores rotas”, casi un tanguito, bien bajonero, es notorio.
Otro buen pasaje es “Viejo vals”, con su letra de arrepentimiento, mientras que “Las cuerdas” condensa todos los revoloteos de la bossa que sobrevuelan el disco y “Nada que pensar” los de las canciones pop. La sorpresa llega con “No corras más”, ideal para escuchar en un atardecer playero y despreocupado, un oasis en un material que huele a encierro y melancolía urbana, y el final con “Vaya donde vaya” confirma esta sensación.
De reconocidas habilidades musicales, Sebastián Schon vuelve a probarse como compositor y ejecutante y entrega un material prolijo, por momentos algo reiterativo pero de agradable escucha.
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