Culpables Directos

El punk rock es una especie de manto bajo el cual coexisten una enorme cantidad de propuestas en las que, si bien pueden encontrarse fácilmente similitudes, aparece también una diversidad de estilos que claramente podrían considerarse como un subgénero por sí mismo.

Bajo esa enorme etiqueta de punk rock puede colocarse también este disco debut (y homónimo) de Culpables Directos, categorización que no desentona con lo que propone este quinteto formado en 2003. Aún así, el sonido del grupo encuentra también pinceladas de otros estilos que ayudan a otorgarle entidad propia a las composiciones.

Es que, en primer lugar desde las líricas y el departamento vocal, y en segundo desde algunos de los arreglos instrumentales, se percibe una suerte de turbia atmósfera que cubre con un halo de oscuridad los acordes de quinta más característicos del género.

Porque si bien pueden encontrarse algunas excepciones a lo largo del disco, lo cierto es que el enfoque de las letras suele concentrarse en situaciones de conflictos personales que en lugar de ser relatados de forma lineal, son contados de una manera un tanto más introspectiva, aunque sin abandonar del todo el costado explícito y contestatario del punk rock.

Como soporte de ello, la banda toma la canción como estandarte, con un gusto atinado en cuanto a arreglos, melodías, coros y estribillos, sobre los que alternan algunas voces quebradas que se cuelan por lo bajo y un par de bases de corte más pesado o rockero para lograr conjugar con esa sensación de oscuridad que parece percibirse a lo largo de los diez temas que componen la placa.

Si bien por momentos pueden hacerse notorios algunos altibajos en el enfoque vocal, o algunos pasajes en donde esa mixtura de canción e introspección no llegue a tomar una forma tan lograda como en otras, también es cierto que en líneas generales este debut de Culpables Directos (grabado en 2004) muestra también una preocupación por la canción y la melodía, pero también por la personalidad como conjunto y la intención de apuntar a un sonido que cuenta con un sello propio, lo cual no es poco pedir.