Ratones Paranoicos
Ratones Paranoicos
21 de Octubre, 2009
Otra vez con producción de Andrew Oldham, las Fieras Lunáticas vuelven a rockear como en sus mejores tiempos.
En su nuevo material de estudio y a 23 años de su debut también homónimo, los Ratones Paranoicos confirman el regreso a los primeros planos del rock nacional, algo que venían esbozando en grandes festivales y shows propios, pero al que le faltaba el soporte físico. Ahí ya se veía una vuelta a las fuentes en varios sentidos, tanto de integrantes (el regreso de Pablo Memi al bajo) como de estilo, con unos cuantos rescates de la primera época, pero otorgándole un sonido 2009. Si a esto le sumamos la producción de Andrew Oldham, mentor de los ya clásicos Fieras lunáticas (1991) y Hecho en Memphis (1993), el resultado es un trabajo digno de las épocas doradas.
Todos estos factores hacen que Ratones Paranoicos (el álbum) funcione como un “Grandes Éxitos” de Ratones Paranoicos (la banda), pero con temas nuevos. Aquí hay rock (y rock stone), baladas, boogie, funk y guiños pop y hard. Y tan cierto es que las bandas de rock tienden a la repetición, y los Ratones fueron de los más apuntados en este sentido, como que a esta altura, con más de 25 años de carrera ya desarrollaron un sonido y estilo propios, que reafirman en esta nueva placa, apoyándose en ese “tómalo o déjalo”, tan ligado a la filosofía stone.
“Sacrificio japonés” es la joya del disco, y como pocas veces coincide con el corte y el invitado: un genial Luis Alberto Spinetta en un dúo con Juanse a destiempo, en un tema que pasa de los aires orientales del comienzo a un estribillo cada vez más rockeado, todo en una atmósfera pop glamorosa. Los otros invitados en voces también dejan su sello en temas a medida, como el mexicano Alex Lora (El Tri), en el rock hard de “Ruda hembra” y los españoles Rubén y Leiva (Pereza), nuevos compinches de los Ratones, quienes hacen de “Te extraño” un lindo rockito con tarareos cruza de Los Rodríguez con “Let’s spend the night together”..
En el resto del material encontramos mucho de lo que acompaña el ADN musical de la banda de Devoto: hay boogie sucio y desprolijo en “Chuto”; baladas como “Hotel Babylon”, con toques souleros, y “Flor de liz” más country-stone; el riff funkeado de “Cara verde”, que mutará en estribillo power en otro de los buenos momentos y, lógicamente, mucho rock and roll. El mid tempo de “No llores”; bien cargadito, con vientos y muchos arreglos o los más urgentes y cien por ciento paranoicos, con guitarras densas y bases galopantes como “Toda la ciudad” y “Manicomio”. Para el final se guardan un relax y llega “Cuando te vea”, una canción de guitarra acústica y silbido.
Ratones Paranoicos demostró que puede entregar un muy buen disco de rock and roll, con un sonido característico, potenciado por la química de sus integrantes y un productor-garantía como Andrew Oldham. Además, en breve se editará una nueva versión de su álbum decisivo, Los chicos quieren rock, grabado en vivo en un estudio de radio, lo que deja en claro la vigencia de una banda que redobla la apuesta para gambetear las críticas y hacer de aquel pasado exitoso el motivo de su muy buen presente.
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