Megadeth
Anthology: Set the World Afire
20 de Julio, 2009
Una extensa y nutrida recorrida por la carrera de La Sinfónica del Colorado, aunque con algunos retoques.
Desde 1983 a la fecha, la carrera de Megadeth (en otras palabras: Dave Mustaine) ha atravesado diferentes etapas. Desde la velocidad desenfrenada de su disco debut a la composición intrincada de Rust In Peace (1990, probablemente el disco que más se ha acercado a la perfección en la historia de la música pesada) y hasta logró conjugar buena parte de ambas con el formato de canción durante la década del ’90 para luego rescatar buena parte de sus raíces thrash metal a partir del nuevo milenio.
Anthology: Set the World Afire (el quinto compilado de Megadeth editado en los últimos ocho años…) trata de resumir todo eso en dos discos, 35 canciones y algo más de dos horas y media de música. Y aún así parecería por momentos quedarse corto, pese a que ocupa también la etapa menos aclamada de la banda, como fue su coqueteo con las corrientes alternativas en Risk (1999).
En una acertada decisión, esa recorrida por los 26 años de carrera (aunque para ser honestos, la recopilación sólo llega hasta el año 2000) se hace de forma casi estrictamente cronológica, lo que ayuda a reflejar de manera más fiel aún las distintas etapas de Megadeth. Sin embargo, si bien es de imaginarse que este tipo de recopilaciones le serán más atractivas a alguien que esté iniciándose en la carrera del grupo que a algún fanático de ley, existe un detalle no menor que se evidencia en varias oportunidades y son los retoques realizados a algunas de las composiciones.
Y no estamos hablando de ajustes de remasterización o remezcla como puede ser el mejorar el sonido de una guitarra, la mezcla de los cuerpos de la batería o el nivel de la voz (aunque para muchos eso también quita bastante de la “mística” original), sino de fragmentos que fueron agregados por el propio Mustaine y que no formaban parte de los temas originalmente.
Si bien casi imperceptibles para quien no esté familiarizado con los temas, lo cierto es que la guitarra acústica que se escucha como introducción a “In My Darkest Hour” no estaba cuando Mustaine grabara ese tema en So Far, So Good… So What! (1987) para dedicárselo a la póstuma memoria de Cliff Burton, quien fuese su compañero en los primeros años de Metallica.
Lo mismo sucede con unos veinte segundos de líneas de guitarras al comienzo de “Sweating Bullets”, antes de que entren en escena los parches de Nick Menza (como sucedía originalmente en Countdown to Extinction, 1993). Estas “reversiones” ya habían sido incluidas por Mustaine en las reediciones de 2004 que él mismo se encargó de producir, algo que en su momento también despertó cierta animosidad entre sus seguidores.
Hay que decir que Mustaine no es el primero ni será el último en hacer tal cosa (el propio Ozzy Osbourne regrabó por completo las líneas de bajo y batería de sus primeros álbumes para no darle crédito a los músicos originales), pero lo cierto es que tratándose de un proyecto que busca reflejar las dos décadas de carrera del grupo, hubiese sido más reconfortante contar las versiones originales, que a fin de cuentas, fueron las que llevaron a Megadeth a convertirse en uno de los nombres más importantes de la historia del heavy metal.
Más allá de esto, Anthology: Set the World Afire cumple con su objetivo y funciona como una completa ilustración de la discografía de Megadeth, con el agregado de algunas pistas extras más que interesantes como las versiones demo “Crown of Worms” y “High Speed Dirt” y algunas tomas en vivo de la banda en su plenitud, con la legendaria formación de Mustaine-Friedman-Ellefson-Menza en 1992. Simplemente, en algunos casos, las mejoras que brinda la tecnología en la actualidad pueden terminar acabando con el encanto de composiciones (a este punto) históricas.
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