Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Richter

Fin del mundo

Cronista: Pablo Andisco

21 de Abril, 2009

Fin del mundo

En su cuarto disco, la banda de electro-rock confirma sus antecedentes y va por más.

Diez años lleva Richter dando vueltas por el under y algún que otro festival masivo. El quinteto integrado por Zenitram en voz, programaciones y sintetizadores; John John en guitarras y coros; Nan en sintetizadores y efectos; Scheller en bajo, voz y programaciones y Jds en batería viene de un trabajo muy interesante como Danzallamas, original de 2005 y reeditado dos años más tarde por el sello indie mexicano Loshe. Por esta compañía salió el año pasado Fin del mundo, que continúa aquel camino y aporta nuevos matices para que la banda pegue el salto tan esperado.

Para abordar la difícil tarea de clasificar el estilo de Richter, una posibilidad es hacerlo a partir de algunos de los discos tributo en que la banda dejó su sello. En los pasajes más oscuros y densos de electro-rock hay muchas cosas de Depeche Mode y la movida británica de los primeros ‘80; pero también se cuela Miguel Abuelo (y sus Abuelos de la Nada) en esos estribillos directos y gancheros. Además permiten la convivencia de Madonna y su espíritu pop y bailable con Los Brujos y su visceralidad musical, la ironía en los textos y los alias poco convencionales de los músicos. Y en este pequeño y azaroso ejercicio no puede faltar Virus, como elemento vanguardista del todo lo que tenga que ver con la electrónica en el rock argentino.

En este sentido, el viaje de Richter es tumultuoso y atrapante. Aprovecha al máximo las flexibilidades del rock y la electrónica y las ubica en un estado de tensión permanente, y, al mismo tiempo, condimenta las melodías con letras urbanas y sociales, cargadas con la dosis justa de ironía, algo no muy usual en el género. El resultado es un álbum parejo, con canciones muy bien arregladas y estribillos que cuesta sacarlos de la cabeza, complementado con un arte gráfico de primer nivel y acorde a lo que se está escuchando.

Algunos temas destacados son los bailables “Corte de luz”, “Toro” y “Retro-80”, genial fábula sobre un adicto a las modas y sonidos ochentosos, que, sin embargo, se permite una reflexión crítica: “el ’80 es hoy, el ’90, ayer y el  2000 tal vez mañana”; la bella balada de piano “Otro”; la oscuridad en letra y música de “Bon vivant” y “Kriptonita”, una balada rocker con guitarras filosas y una letra de amor incondicional.
 
Pero para tener una cabal idea de hasta dónde puede llegar la banda, recomendamos “Jíbaros”, con toques entre psicodélicos e industriales y la voz invitada de Flavio Casanova en el contrapunto justo; “País subtropical”, un rock marchoso y una descripción casi antropológica de la recova de Once, señalada como ejemplo de los males de la globalización y “Sol de medianoche”, un viaje directo a los años ’80 con una melodía que recuerda al Virus más calmo y la voz de Zenitram cercana a Cerati.

Fin del mundo señala la escala de Richter en permanente ascenso: un disco que derriba prejuicios y enseña que se puede bailar y disfrutar sin perder de vista el mundo en que nos toca vivir.

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