David "Pitufo" Ros
Ouro Vo...Ros
23 de Febrero, 2009
El saxofonista David “Pitufo” Ros editó su primera producción en solitario, en dónde abarca todo tipo de temáticas y cuestiones diversas. Algunas de gran manera y otras no tanto pero que no opacan a lo que termina siendo un disco bastante interesante.
Un rasgueo de guitarra, con wah - wah incluído, inicia el primer álbum solista de este saxofonista desconocido para el gran público pero que tiene un pasado de buenas referencias musicales. “Rompiendo mi corazón“ aborda el tema del desamor de una manera agradable, destacándose el saxo de David “Pitufo” Ros.
La mezcla entre lo latino y el candombe se ve claramente en “Guayaba Sarmiento“, que se constituye en una especie de advertencia sobre la inseguridad en esa línea de tren. Un reggae al estilo de Los Abuelos de la Nada deja en manifiesto el pensamiento del saxofonista sobre la ciudad y las relaciones humanas.
La faceta de cantante de Ros queda desarrollada, quizás en su máxima expresión, en “Clase 54” en dónde se advierte cierto contacto con la manera de cantar de Palo Pandolfo. Este punto en común se puede llegar a trazar por la manera de forzar su voz en los estribillos y por las inflexiones que hace de la misma. Cabe aclarar que Pitufo fue uno de los fundadores de Don Cornelio y la Zona, la mítica agrupación liderada por Pandolfo a fines de los ochenta.
La balada titulada “Las Putas“ es atractiva por su instrumentación apacible pero su letra no presenta un desarrollo e ideas convincentes sobre las trabajadoras sexuales. Por otro lado, el blues ortodoxo llega de la mano de “Blues Father“, que incluye un magnífico solo del guitarrista Germán Damianich. Uno de los condimentos que está presente en casi todo el disco es el funk, como por ejemplo, en “Mundo Global“. En esta canción el cantante proclama que en “el mundo global, no existe el bien ni el mal “, planteando así una incertidumbre sobre lo que nos rodea.
Ya casi sobre el final, “Canción del lugar común“ no aporta mucho más al resto del álbum (haciéndole honor al nombre del tema) aunque David muestra su excelente nivel como saxofonista. “National Rock “ expone toda la potencia que puede llegar a tener la banda sobre todo si se lo explota más al guitarrista del grupo.
Con un arte de tapa más bien escaso, ya que por ejemplo no se sabe cuál de los integrantes hace los coros, el primer disco de David “Pitufo“ Ros tiene buenos momentos y otros no tanto. Hay veces en que la estructura de las canciones se asemejan, como en el caso de “Canción del lugar común“ y otros en los que la lírica no es de lo más logrado como en “Las Putas“. La manera de cantar de este solista es muy particular y en el blues y, sobre todo, en los temas lentos es en dónde mejor se acomoda su voz. Sin embargo, en varios momentos no se entiende bien lo que está cantando debido a cómo fuerza su garganta por lo que incluir las letras de las canciones podría haber sido una buena idea.
Con una banda que lo acompaña de muy buena forma (aunque con algunas participaciones quizás de más del percusionista), David Ros logra un disco bastante bueno y que tiene como cuenta pendiente afianzar su manera de cantar para que sea más clara y engrasar un poco más cierto tipo de letras.
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