La Chancha
Ya somos grandes
02 de Febrero, 2009
Versiones actuales de temas de los primeros años de los uruguayos.
La Chancha Francisca formó parte de la primera camada de rock uruguayo post dictadura, contemporánea de bandas como Los Estómagos (luego Buitres), El Cuarteto de Nos y La Tabaré Riverock Banda, entre los que más permanecieron en el tiempo. En más de una década con demasiados vaivenes, el grupo dejó tres álbumes y contribuyó a reconstruir los cimientos de una escena rock que la dictadura había destruido y que hoy vive tal vez su mejor momento.
Hacia 1999 reduce su nombre a La Chancha, reformulándose como trío y endureciendo su sonido, aunque manteniendo ese espíritu ácido en las letras que tan bien manejan del otro lado del charco, y se ve en los mencionados El Cuarteto y La Tabaré, y en artistas de otro palo, como Leo Masliah. “Ya somos grandes” es de alguna manera la síntesis de estas dos historias, ya que recupera temas de la época de La Chancha Francisca, en versiones con el actual sonido de trío.
Luego de algunas idas y vueltas, la banda quedó conformada por Juan Berejevillo (voz, guitarra y principal compositor), Alejandro Nari en bajo y Yanny Ippoliti en batería. “Ya somos grandes” es un fiel exponente de lo que sonaba en los sótanos montevideanos de mediados de los 80: mucho clima post punk, un poco de funky y algunos destellos pop; además del saxo que aporta Mireya en seis canciones, lo que establece aún más los lazos entre las dos capitales del Río de la Plata.
El sonido británico inunda el álbum desde el principio, como lo muestra “El tesoro”, con guitarras ascendentes que acompañan la genial historia de un perdedor. De inmediato el punk gana terreno de la mano de “Una enfermera”, de lo mejor del disco; y vuelve en “La guacha del aviso” y “Te acordás de aquella vez”, en un estilo que linkea con el punk español, incluso en algunos yeites de la voz de Juan.
También hay lugar para un rock and roll bien riffero, como “Un graffiti en el baño”, “El mismo muro”, “El camello” y “Con él”, acá con cierta cadencia funky. Por otros momentos, La Chancha se tranquiliza un poco y esboza un costado pop y cancionero, como en “12 pm”, “Basta de chupete” y “Cuando se seque las pista”. La balada “La mujer del pañuelo”, con colchón de guitarras acústicas, y “Me estoy duchando”, casi narrado, completan un trabajo de buen nivel.
En “Ya somos grandes” La Chancha se da el gusto de regrabar viejas canciones, en mejores condiciones técnicas y con un nuevo perfil musical. Y en ese trabajo casi arqueológico, lejos de avergonzarse por los tiempos pasados, pinta un panorama de época imprescindible para aquellos que mueren por los sonidos rockeros de los 80’s.
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