Mistica
13 caminos
29 de Diciembre, 2008
Viento dile a la lluvia.
Mística nace en Capital Federal en 1998, con el barrio, el toque latino y el rock en la piel. En 2005 editaron “Sigo vivo”, el disco debut, que tras algunos cambios de integrantes les sirvió para afianzarse y darse a conocer. En 2008 juntaron a algunos músicos amigos y con la producción artística de Adrián Melli largaron “13 caminos”, un álbum en el que se propusieron recorrer diferentes ritmos y colores.
El primero de los 13 es “El candidato”, un ska que habla de esos políticos que elección tras elección siguen estando ahí, representando a diferentes partidos, esperando que alguien los vote para tener poder. Como a lo largo del trabajo, tienen una presencia fuerte los vientos, que no son parte oficial de la banda. “Sombras del pasado” es un candombe rock con la voz del Piti de Las Pastillas del Abuelo como invitado. En “Sólo me di cuenta” paran la pelota y se largan con una balada con raíz rioplatense en la que le cantan al amor perdido. Sigue “La mecha” que tiene ritmo latino y termina a todo rock.
“Camino de tierra” arranca con un bombo legüero que anticipa la onda folklore del tema. Para completar el cuadro aparecen el “Laucha” Calcaterra, guitarrista de Soledad, quien aporta lo suyo para darle un marco a la historia, y el experimentado Saúl Firbank, bajista de Zumbadores. “Cautivando sueños” es más latinaje, con la presencia de Germán Gómez de Tony 70 en las congas. Aquí se destaca, por sobre todo, la labor de Matías Constantino en piano. “Gabriel” es un potencial hit que tiene algo de cumbia y mucho de rock, en un relato de barrio y papel plateado.
“Mil Palabras” es la línea más rockera del disco, con Sarcófago de Ratones Paranoicos haciendo de las suyas en la viola. “Algún lugar” posee aire reggae y por eso Fito Mortola, tecladista de Nonpalidece, se acerca al fogón místico. “La 10” es el homenaje número 10.589 que le hacen a Diego Armando Maradona. Tiene buen ritmo, pero redunda en la misma trilogía que sus antecesores: Dios, la zurda y la gambeta.
La monótona “Cuando no estás” baja otra vez las vibraciones y el pulso del rock latino, que vuelven justo a tiempo con “Superhombre”, la mejor pieza del álbum. Un riff irresistible y unas guitarras que suenan por detrás simulando vientos, son un bosquejo de la mística que forjó Mística desde sus comienzos. Pero ojo: hay que darle máquina a los vientos de acá a la eternidad. Como sucede en “Vivir así” el último track oficial del disco, con los caños de Pampa Yakuza como invitados. Tras el paraíso ska llega un ratito de silencio y el bonus con “Igno” donde las gaitas suenan fuertes y se juntan con la base rockera de la banda. Un temita que hubiera sido ideal para abrir los 13 caminos.
Mística tiene yin y yang. Por un lado los puntos bajos están cuando aquietan los decibeles con ritmos más tranquilos y una lluvia melancólica cubre todo. Diferente es la mano cuando suenan los vientos y aceleran el pulso del rock. Ahí son cosa seria.
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