Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Enviada

El encanto de Once

Cronista: Pablo Andisco

13 de Enero, 2009

El encanto de Once

Agradable primer material de una orquesta pop rock.

Enviada es mucho más que la banda comandada por el cráneo musical de Julián Gándara (guitarras, teclados y compositor fundamental) y la dulce y cautivante voz de Guadalupe Soria y que completan además Francisco Gándara en bajo y Gonzalo Magalotti en batería. El grupo funciona como una orquesta, y así presentan “El encanto de Once”, doce canciones bien redonditas, que incluyen además introducción, intermedio y final.

Para dar rienda a este concepto, la banda lleva consigo sus propios “Apóstoles”, ya que esta es la manera en que presentan a sus colaboradores permanentes: Carlos Brítez (violín y viola); Christian Terán (saxo tenor); Iván Barrios (trombón) y Maxi Solca (percusión). Así, las canciones combinan la simpleza de las estructuras melódicas con un complejo colchón de sonidos que atrapa de movida y agudiza inmediatamente los sentidos.

Una introducción coral presenta a la banda y un enganche floydiano da paso a “Vienes o te vas”, un pop de manual, con intro de bajo, solo de saxo y letra inocente, que contrasta con “Fantasma”, una balada súper dramática en la que sobresalen los vientos. “Soy jodida” obliga de inmediato a mover la patita, con su ritmo bailable y las programaciones en su justo momento y lugar.

“Amanerada” es un pop rock ganchero que acerca a la versión más rockera de Enviada, “Amiga”, con la voz de Guadalupe en diferentes planos para un estribillo pegadizo. Un intermedio instrumental de piano sirve de puente para “Seguro”, de lo mejor del disco: sonido retro y bailable, un link directo a los 80, y una letra de despecho. Las programaciones vuelven al frente en “Maldición”, en duelo con la guitarra distorsionada, y otra vez todo el mundo a bailar. 

Un beat machacante e insistente hacen de “Volvería a hacerlo” casi un tecno rock. “Inmensidad” vuelve a la línea del pop más clásico, otra vez con el bajo comandando la melodía, hasta que un estribillo bastante más cargado se roba la canción. “Adiós” representa el momento bajón del álbum, una balada tristona y bluseada para luego volver a rockear con “Mi cerebro”. Un break coral aparenta ser el final pero la orquesta se guarda un tema más, a modo de bis, y “Juego” cierra el álbum bien arriba. 

Buenas canciones, un notable trabajo en los arreglos y un espíritu de boliche permanente hacen de “El encanto de Once” una de las gratas sorpresas discográficas del año que acaba de terminar y sitúan a Enviada como una de las bandas más interesantes del under local.

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