Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Nativo

¡Y qué!

Cronista: Gentileza: Leo Ros

15 de Diciembre, 2008

¡Y qué!

El cambio es lo único que permanece en el tiempo.

Este año Nativo cumplió diez años de existencia. Durante ese tiempo, los ex Rata Blanca Gustavo Rowek y Sergio “Terma” Berdichevsky armaron la banda, que completan Fernando "Carucha" Podestá y ahora Ezequiel Pallieiro (luego del alejamiento del anterior bajista, Javier Tumini) y grabaron tres discos, con suerte dispar. Este año llegó “¡Y qué!”, su cuarto trabajo,  en el que la banda patea el tablero. Nativo ahora suena más ñu que metal y se permiten incursionar en nuevas sendas.

Ya desde el comienzo del disco, con “Fortaleza”, hay un tratamiento más melódico, cortesía de la mano de Copi, el tecladista de Héroes del Silencio que quedó encantado con La Plata y se quedó a vivir ahí. “Yo te ví” va por el mismo lado, la voz de Carucha suena más dulce y con el toque justo de energía. Es en ese instante en el que sorprende gratamente este cambio en el sonido en Nativo. “Cuando vuelvas” es más oscura, guarda un poco del sonido anterior, que desaparece por completo en “Sin rumbo” un rock con acento británico que hace que hasta la batería de Rowek parezca sonar más bajito.

“La señal” arranca con una guitarra que poco a poco se pone más poderosa y que le da un giro ñu metal al tema. “Sin vos” es una balada introspectiva, con un solo de Terma que es como una catarsis. “Nada” es cruda y trae más oscuridad con versos como “Y todo esta cambiando en mi interior, ya no entiendo nada ni quien sos”. Esa onda dark tiene mucho que ver con la presencia invitada de José García Rosa y sus chapas y efectos.

“Por el mismo camino” tiene a Copi como estrella en el convite junto a la percusión (derbake en realidad) de George Musso y es donde se consigue una gran canción con una onda británica nuevamente, pero cruzada con el legado de la banda de Enrique Bunbury.  “Traición” se encuentra a gusto en la discografía de Nativo, entre tanto cambio no suena muy diferente, pero es cortita y efectiva. Lo mismo pasa con “Al final”, y su adrenalina filosófica, en la que Rowek no parece de este mundo, con su ritmo arrollador que no para hasta el final. Ese que viene con el punk melódico de “Te vas”, otro paso más en la ruta del cambio.

Muchos ritmos y texturas nuevas se escuchan a lo largo de todo “¡Y qué!”. Aquellas cuatro letras que le vociferan los Nativo a los que no creen en la transformación musical.

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