Ritus Santus
Tu abuelo hacía lo mismo
27 de Octubre, 2008
Joda de colegio para las masas fiesteras.
Ritus Santus nace como una banda de compañeros del Instituto Santa Rita, ubicado en esa barriada porteña, entre Villa del Parque y Villa Devoto. Arrancaron en 2005, con shows en festivales en la escuela, en los que los muchachos de a poco fueron tomándole el gustito al asunto. Letras divertidas sazonadas con la mezcla del ska con rock y mucha pachanga, hacen de Ritus Santus un combo copado como para descubrir.
Su primer disco, “Tu abuelo hacía lo mismo” comienza con “El regalo (Slip)”, que habla sobre ese miedo tan masculino de recibir una prenda íntima muy chica como obsequio. El slip asesino es la vedette de la canción. Sigue “El cocinero, la gorda y el lechón adobado”, un voluptuoso triángulo amoroso lleno de crema y de modelos de Botero. “Quiero ser (Yaka)” suena a chiste interno con el bajista Leandro Yaka como protagonista (japonés). La letra narra cómo alguien prueba con ser negro y no le gusta, intenta ser indio pero no puede, y finalmente se copa con el sushi y con ser oriental. El grito de “Japo, japo, japonés” parece ser un momento cúlmine en los recitales en vivo y resulta un lindo tema para dedicarle a algún amigo ponja.
Algo parecido a una canción de amor es “Distraída”, que narra las desventuras de un chico al que lo engañan en la cara y no lo quiere ver. “Ninfúla” es un lentazo con todos los guiños a las baladas de cantantes latinos de turno, pero con una letra decadente sobre un hombre de 40 y pico que intenta entrar a bailar a una matinée. Ritus Santus toma prestada la base de “I will survive” de Gloria Gaynor y el “loca ella, loco yo” de “Balada para un loco” de Piazzolla/Ferrer para “Mi amigo del interior”, una de humor escatológico que no podía faltar en un disco de esta talla. “El trébol” trae con su punk y su letra lisérgica lo mejor del álbum, por lírica y música.
“Ascender con olor” vuelve con su onda soez y es la típica del muchacho al que se le escapa un vento en el ascensor y paradójicamente ese incidente es el inicio de un romance. El amor también es el tema central en “Floppy”, un ska con pasajes de reggaetón, rap y rock, que es la banda sonora de un flirteo con una PC. El final llega con “Perra sucia”, una semblanza sobre una pareja que se pelea y un Fitito rojo que queda en medio de la disputa.
Ritus Santus hace reír con la mayoría de sus letras y con un ligero ajuste en la ejecución de la música puede aspirar a más.
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