Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
Seguinos en
Banner

Granja X

Granja X

Cronista: Gentileza: Leo Ros

27 de Octubre, 2008

Granja X

Parafernalia grunge del nuevo siglo.

Granja X se llamaba Sonar hacia 2003 cuando arrancaron a tocar. Pasaron cinco años y tras varios cambios de integrantes editan este disco homónimo en el que consiguen eso: sonar bien. El profesionalismo del proyecto va desde la sobria línea estilística hasta la calidad de grabación y volumen conseguido. Alguna arista de ese mérito está en la producción ejecutiva del legendario Willy Quiroga, bajista y cantante de Vox Dei, quien es el padre de Simón, viola y voz de la banda. 

El disco arranca con el metal de “Soy yo”, el muestrario de la estructura que va a permanecer hasta el final. Sigue con “Plus ultra”, que con algún toque pop pero sin irse de la onda alternativa, tiene destino de hit, con el machaque de la viola y la pared de teclados de Yeka Jeromin y puede ser un buen trampolín para Granja X. “También” es agradable y simple hasta el estribillo cuando vuelve la distorsión y la onda grunge, pero al final es un lindo mojón en medio de tanta parafernalia sónica. “Pueyrredón” es arrabalera a su modo, y tiene al puente que complica tanto la vuelta vespertina a casa como protagonista.

“Igual que ayer” tiene una cosa dulce y se acerca al primer Foo Figthers post Nirvana, en la melodía y en el tratamiento de la voz. “Héroe” es un oda hacia un ser ejemplar y en la frase “Tu camino es el que quiero seguir, noches de calor escenarios en pie” se vislumbra que ese personaje puede ser alguien cercano al grupo. “Hacerlo bien” no suma mucho desde el punto vista musical, pero afianza el espíritu positivo como impronta letrística de Granja X. “Cínico” es el combo perfecto para la canción grunge: guitarras afiladas + letras ácidas + oscuridad pero no absoluta.

“Tiempo” es cortito y tiene el ritmo acelerado que le queda bien a la banda. “Parte del juego” no posee demasiada lírica pero es una linda parada para que se luzcan la voz de Simón y el bajo de Pablo Podestá. “No te creo” arranca con la batería de Marcelo Cassarino adelante, en una canción que tranquilamente podría haber sido la primera del álbum. “Al final” es lo último y el tema diferente: acústico, con una viola grunge marcando la melodía que afianza una especie de coro de iglesia gótica, es de lo mejor que hay en el disco.

Granja X se sujeta con fuerza a la onda sónica y grunge y por esa dirección comienza a transitar un sendero que lo puede llevar a buen destino.

TODAS LAS FOTOS