Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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La Valleja y los Jinetes del Desierto

Sinrefugios

Cronista: Pablo Andisco

06 de Octubre, 2008

Sinrefugios

Cabalgando en el hard rock.

La historia de la banda nace con el milenio, y toma su nombre original a partir de Lavalleja, la calle del barrio de Villa Crespo en donde quedaba la sala de ensayo. Luego de incorporar “Jinetes del Desierto” y tocar y girar por diferentes circuitos, llegan a su primer álbum, “Sinrefugios”, editado en 2007 por la Unión de Músicos Independientes.

El disco viaja por diferentes aspectos musicales, pero con un anclaje definido en las bandas emblemáticas del hard rock de los ’70: Led Zeppelin y Deep Purple. Un tema que define este estilo es “La luna siempre sueña de día”, con largos pasajes instrumentales en los que predomina la filosa guitarra de Gabriel Tunesi, acompañada por la ajustada base que integran el bajo de Alejandro Moffardín y la batería de Fernando Rodríguez.

También hay unos cuantos guiños a Rata Blanca en la propuesta de La Valleja. Ya desde la tapa, con dibujos de duendes y guerreros cabalgando cual Jinetes del Desierto, pasando por la tipografía medieval en el booklet y llegando hasta el corte de difusión, “El mundo real” con la voz invitada de Gabriel Marian, de breve paso por la banda de Giardino, para el álbum “Rata Blanca” (1997). Otros temas los emparentan musicalmente con Rata, como el que abre el disco, “Las dos garras de un mismo monstruo: la izquierda de total y la derecha de tarío” (sic), con el metal clásico y la viola soleando a toda velocidad; aunque los diferencian un mayor anclaje en el mundo real, como lo marcan el contenido de sus letras y las citas a escritores como Julio Cortázar y Ernesto Sábato.

Promediando el álbum, la banda baja un poco los decibeles tanto en “El blues no tiene nombre”, una balada bluseada con un solo de piano encantador de Juan Pablo Olmo, y “Desayuno perdido”, otra balada, pero ahora heavy, con todos los yeites del género: el estribillo recurrente y el cierre en fade out. Esta senda la retoman hacia el final, con “Manyate esta mishiadura”, un tema fuerte, pero con un puente lleno de efectos, y experimental incluso desde la voz de Diego Casale, correcta todo el álbum y sobresaliente en este track. El último tema, “Antifaz”, sorprende desde la dulzura de su sonido acústico.

Pero estos aciertos se esfuman cuando la banda se encierra en los límites propios del género, como “Colorado el 14 (Borracho de sed)”, un hard rock de manual, “Crónica imaginaria de un suicida sin suerte” con un riff demasiado zeppeliniano, “Drog and roll”, con el plano de la voz muy bajo y  “Suicida de tu corazón”, todo cortes y velocidad.

Con “Sinrefugios”, La Valleja pasa la prueba del disco debut y si logra encarrilar sus influencias, puede hacerse fuerte en una escena que necesita nuevos nombres.

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