Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Los Cafres

Hombre simple y Barrilete

Cronista: Gentileza: Fernando "Chatarra" Fauszleger

29 de Abril, 2008

Hombre simple y Barrilete

Los Cafres: reggae de un pueblo alegre

Los Cafres surgieron en 1987: su cantante Guillermo Bonetto era parte de Los Pericos y tocaban vientos dos Auténticos Decadentes: Chiflo (después saxo en La Renga) y el trompetista Capanga. Compartían escenario con bandas reggae como Zimbabwe Reggae Band y Todos Al Obelisco. Antes de terminar la década hicieron un parate, para retomar en 1992 con parte de la formación actual. Después del debut discográfico en 1994, Frecuencia Cafre, no pararon de tocar, hacer soporte de estrellas internacionales del género y cimentar lentamente su sonido. “Hombre simple” y “Barrilete” fueron publicados simultáneamente a fines de 2007.

El clima caribeño da comienzo a “Hombre simple”: se escucha un sampleo -con sonido a púa- del tema “Si sabes bailar mi son”, del cubano Cuarteto Patria y cuando parece que estamos por sumergirnos en un film de Guy Ritchie, resulta que se trata de un reggae compuesto por el tecladista Claudio Illobre. La flauta traversa de Manuel Fernández Castaño conecta con el arreglo de vientos del inicio y tiene sólida presencia en esta canción comandada por los teclados, con bajo armador –Gonzalo Albornoz- y condimentos de scratches –DJ Casablanca, alias del pianista cafre- y claps.

Lo bueno de usar metáforas en las letras reside en la diversidad de significados posibles, tal el caso de “Isla”: “De tu isla, salió una esperanza, como de una guitarra, dominar este tiempo de amenaza, la metralla no te alcanza” parece señalar como destinatario al jamaiquino Bob Marley. Hay otra isla latinoamericana que pelea por esta dedicatoria, y si nos guiamos por el son sampleado y el texto “Vimos el sol en tu voz, canto de un pueblo alegre” alguno de los protagonistas de la Revolución Cubana podría también ser el elegido. Esta es una canción anhelante y atemporal que tiene un clima que la hace perdurable.
 
Siguiendo con “Hombre simple” tenemos un reggae más tranquilo rítmicamente y más oscuro, quizás por mezclarse con el hip-hop. Se repite el sampling y la “fritura” del vinilo recorre esta canción compuesta por Illobre y el Master of Ceremony Sergio Sandoval, que rapea acerca de un “hombre simple que camina junto al viento” y que “te regala rosas en los sueños”. La segunda voz de este track es de Manuel Delgado, otro hip hopero argentino y la coproducción fue del clan del barrio de Liniers, Mester de Juglares.

Otra canción que se destaca en este álbum es “Agua”, compuesta por el guitarrista Tomás Pearson quien, para mantener cierta coherencia acuática presente en sus letras pobladas de mareas, ríos, lluvia, mar o hielo, expresó aquí “escribámoslo en el agua, siempre regarás mi alma”. Y si todo tiene que ver con todo, el uso del pedal de efectos elegido para el arreglo de guitarra de este ágil y luminoso reggae es el “wah wah”, que fonéticamente incluye al agua en su denominación.

Continuando la veta creativa del violero nos trasladamos al disco Barrilete. En el segundo tema, “Bastará”, canta junto a Bonetto el multi instrumentista, compositor, DJ y productor Dennis Bovell, maestro del reggae inglés que formó parte de Matumbi y The Dub Band y trabajó con Marvin Gaye, Madness y Steel Pulse. Tarzán regresa de la selva para presentar con su clásico alarido a Los Cafres en esta canción de amor que transmite negritud a viva voz. Es Bovell quien le imprime toda la Mamma África a sus estrofas mientras le canta a su amada que ella es su sol, la luna y las estrellas. La felicidad que embargó a los músicos argentinos con esta perla histórica es fácil de imaginar: el tema la contagia.

No hay que olvidar el ensoñado y dulzón “See you coming”, en el que Adrián Canedo, primer baterista y fundador cafre, se sacó la camiseta de representante para batir los parches como en las viejas épocas, en lugar de Sebastián Paradisi.  Mención aparte merecen los temas en formato dance hall –ritmo más rápido que el reggae que utiliza cajas de ritmo y sintetizadores- como “Mucha data” y “Shout”, este último de Hombre simple.

Los Cafres suenan muy bien en el ensamble grupal y ponen siempre a la canción por encima del lucimiento individual. El cantante tiene personalidad, maneja perfectamente el castellano y el inglés y hace muy buen uso de sus recursos para construir su propio estilo.  Las letras son simples y no caen en la pretensión ni en el lugar común, y toman más vuelo cuando el guitarrista es la pluma a cargo. Ciertas “malas palabras” podrían ausentarse y las canciones no lo sufrirían.


Si bien se trata de dos discos editados en simultáneo, quizás no sean tantas nuevas canciones juntas -30 en total más dos dubs-, si tenemos en cuenta que el último álbum en estudio fue de 2004. Los fans agradecidos, y para quienes se acerquen al grupo a través de estas canciones, la sugerencia es comenzar con “Hombre simple” y su variedad de colores y seguir luego con “Barrilete”, para amigarse con el sonido reggae de raíz pero argentino.

Los Cafres continúan  proyectándose fronteras afuera y conservan la corona del estilo en nuestro país, mientras los Pericos toman otros caminos y varias bandas en ascenso pelean por el trono.

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