Otro reverberante encuentro con Los Kahunas

Durante 2005, la pequeña pero consistente escena nacional de surf rock se vio sacudida por el disco debut de este cuarteto instrumental, “El fantástico sonido Surf & Hot Road de Los Kahunas”. Dos años después llega su sucesor, que en varios aspectos se presenta como una segunda parte de aquel material, con un hilo conductor: la estética retro, ubicada en la Costa Oeste de los Estados Unidos, a finales de los años ‘60.

En el plano musical. La banda insiste en dos vertientes muy poco exploradas en nuestra música: el surf rock y el sonido instrumental. Capitaneados por Big Papu, guitarra líder y composición, Los Kahunas entregan un compendio de deliciosas melodías y riffs de guitarra que, en su grabación analógica, alcanzan a la perfección un pretendido sonido de época. La banda se completa con Alexis B. en batería, Antonio Carlos en guitarra rítmica y Damián Baldi en bajo, y alcanza un sonido redondo y afilado, sin necesidad de virtuosismos extremos, algo de lo que a veces pecan los conjuntos instrumentales.

El disco trae nueve composiciones propias y cinco versiones, entre las que se destacan “Heads up” de Freddie King, con solo de guitarra a cargo de Chizzo de La Renga y “The raise & fallo f Flingel Bunt” de The Shadows. Entre los temas propios sobresale “Daredevil”, con intro de motocicleta incluida, “6G15”, un redoble furioso de batería y un riff bien potente, que bien podría acompañar una película de Tarantino, y “Ocean Boulevard” una balada surf con Flavio Cianciarullo en contrabajo.   

Todas estas ideas se refuerzan con un arte gráfico acorde a la propuesta evocativa. En la portada, la banda trajeada y uniformada, con el logo en el bombo de la batería y el nombre de la banda formando parte del título del álbum. La contratapa presenta el track list en blanco y negro, como aquellos long plays de la EMI (Beatles, Animals, entre otros).

Más allá de que la ni la música instrumental ni el surf rock tengan lugar en el mainstream, “Otro reverberante encuentro con Los Kahunas” merece ser escuchado. Y si no puede ser en  la Ruta 66 a bordo de un descapotable con destino a California, probá en el Roca camino a Mar del Plata, que el sonido de los auriculares te trasladará inmediatamente.