Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Vados

Ok

Cronista: Pablo Andisco

16 de Enero, 2008

Ok

Primer trabajo de Vados: buenas canciones no aptas para rockeros ortodoxos

Hace tiempo que el pop viene ganando espacio en lo que parece ser la historia oficial del rock nacional: carteleras en festivales y exposición en los medios. A ese contexto arriba Vados con “Ok”, una propuesta de las que no abundan: un disco de power pop, con guiños al punk melódico y a la fusión al estilo No Doubt, potenciado por una voz femenina al frente.

El disco abre con “Nuevamente” y durante 30 segundos Vados amaga con un material pop latino: guitarra acústica, melodía suave y una voz edulcorada. Pero de inmediato la distorsión gana terreno y la banda muestra sus cartas: un medio tiempo entre aquel costado pop y la polenta de la base rítmica, con la guitarra siempre al frente. Todo esto se plasma en “Fin de año”, el tema que mejor representa la postura global del grupo.

Es en la calidad de los músicos donde Vados se apoya para desterrar los prejuicios, si es que todavía existen. La base conformada por Nicolás García en bajo y Leandro Otero en batería, cumple con la doble responsabilidad de guiar los vaivenes rítmicos (uno de los fuertes de la banda) y sostener el lucimiento de los otros integrantes. Daniel Torterolo se mueve con soltura por diferentes géneros y aporta sutileza y energía según la circunstancia. Lo mismo ocurre con la cantante, Camila Gastaldi (hermana de la ex Bandana, Valeria) quien maneja un registro muy variado y se complementa a la perfección con los dibujos de la viola. 

El material, quedó dicho, es difícil de catalogar. Hay algunas melodías fáciles destinadas a un público infantil, como “Ojos bien abiertos” o “Pide más”, en la línea Amaral/La Oreja de Van Gogh. En otros momentos, Vados acelera y llega hasta el límite con el punk, como en “Pasajera errante” y con el  rock funkeado, en “Gente descartable”. Y también muestra condiciones para el hit de manual: “Lágrimas ocultas”, el primer corte, con un estribillo pegadizo y “No mires atrás”, un in crescendo arpegiado y un cierre con todos los condimentos para tararear en el mp3.

El disco trae dos covers, que muestran la intención de la banda de alejarse de las comodidades y jugar con la canción. “Persiana Americana” viaja por diferentes momentos de Soda Stereo: un arranque bien climático, al estilo Canción Animal y un estribillo más cercano a la versión original. El homenaje a Duran Duran llega con “Ordinary World”, en una adaptación decididamente más rockera.  

Si bien catorce canciones puedan ser demasiadas y hacen que por momentos la banda repita algunas estructuras, Vados redondea un debut auspicioso: una producción bien cuidada, calidad individual en sus integrantes y facilidad para la composición. El crédito está abierto y la coyuntura histórica parece ayudarlos para ganarse un lugar.

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