Anetol Delmonte
Hermosa mañana para morir de felicidad
15 de Agosto, 2007
A pesar de ser nacidos y criados en suelo argentino, Anetol Delmonte ha sabido nutrir su sonido con elementos de la murga y el carnaval uruguayo, junto a algunas influencias criollas y no tanto.
Después de un primer EP que contó con la colaboración de Tomás Sussman (Las Pelotas), Anetol Delmonte pasó de trío a quinteto para dar forma a su primer larga duración, “Hermosa mañana para morir de felicidad”. Melodías agraciadas y simpáticas, pero que aún con algunas influencias bastante marcadas logran escapar a los cánones tradicionales.
Por sobre todas las cosas, el clima impregnado en el disco es de tranquilidad y distensión. Si bien por momentos los paisajes transitados cuentan con cierta melancolía, como el caso de “Desalmado”, lo cierto es que el ritmo permite disfrutar de aquellas desgracias relatadas en las canciones con una sonrisa en la cara. O al menos sin preocuparse demasiado.
Musicalmente, son las diferentes influencias musicales las que terminan de dibujar un paisaje diferenciado entre cada una de las compasiones. La banda logra hacer propios varios recursos ya conocidos para nutrir su sonido, sin que eso termine por convertirlos en simples imitadores.
Dentro de esa amalgama, y más allá de la música tradicional uruguaya que está presente a lo largo de todo el disco, puede citarse desde los coros estilo Bersuit en “Igor Mezquino” o “Inmigrante”, la cadencia típica del ska de Los Fabulosos en “Sesenta” y hasta un toque de Manú Chao en las voces de “Qué me pasa hoy”.
Sin embargo, el grupo logra definir su propia identidad a lo largo del disco. En ese sentido, la seguidilla de “Candombe que no tiene nombre aún”, “Mediocre” y “P.P.P.” (Probablemente uno de los puntos más altos de la placa) sirvan como ilustración de lo que el quinteto busca, y logra encontrar en “Hermosa mañana para morir de felicidad”.
Durante toda la placa, la idea de exploración musical se transforma en uno de los ejes principales. Ya que dentro de la propuesta de Anetol, aparecen ideas heterogéneas bien diferenciadas que logran convivir incluso dentro de una misma canción, como los mil y un climas que atraviesa “Solo”.
Sin dudas, son las letras las que terminan de cerrar esa idea de búsqueda. Aún cuando las temáticas recorran desde las historias de vida y los enredos amorosos, a la ilusión de un mundo mejor o la resignación de ver lo que nos rodea, existe un denominador común en la manera de relatar esas historias que también se corresponde con la forma de encarar musicalmente los temas.
Sin dudas, Anetol Delmonte logra definirse como banda “Hermosa mañana para morir de felicidad”. Un disco rico en variedad musical y que evidencia una dedicación y cuidado por el trabajo final. En el abanico de estilos, la placa puede resultar atractiva tanto para aquellos familiarizados con el sonido de Bersuit Vergarabat, como los que disfruten la cadencia de Mimi Maura. Pero por sobre todas las cosas, para oídos ávidos de melodías alegres y relajadas, pero que escapen de las canciones tradicionales.
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