The Mix-Up

En un año caracterizado por la vuelta al ruedo de varias bandas de carácter mundial, los Beastie Boys no podían quedarse afuera de esta tendencia y decidieron concretar el operativo retorno. Y aunque la realidad es que nunca se fueron parece que el mercado, un lugar en el que supieron moverse muy bien, les fue un tanto cruel en los últimos años.

Pese a que no se trata de una vuelta directa, los neoyorquinos reaparecieron en escena luego de tres años, desde To the 5 burroghs (2004), con The Mix-Up, un disco plagado de clises de los 90, década en la que los tres niños rebeldes del rap eclipsaron a una generación entera con su música hip hop y su reviente de caderas.

Pero este regreso, para mala suerte de los fanáticos, no tiene nada de innovador, y poco de los ritmos antes mencionados. Se trata de una vuelta de tuerca a una fórmula ya trillada por ellos mismo que, a pesar de tener ingredientes destacados como la por momentos progresiva “14th St. Break”, no le permite a la banda una evolución musical destacada sino más bien una continuación de lo ya exhibido en placas como Paul´s Boutique (1989), Chek your head (1992) e Ill Communication (1994), tres discos bien de funky salón, pero algo lejanos en tiempo y forma a esta fría escena musical en la que la cadencia por momentos dulce de Mike d, Ad-Rock y MCA parece no tener lugar.

Encima, como para alejarse un poco más de la escena central, The Mix-Up es instrumental. Por momentos oscuro, y con cierta displicencia, la banda logra salir del mal paso de la gloriosa vuelta a las raíces en algunos temas como el maravilloso funky groove “Freak Hijiki”.   

Los Boys Entering Anarchistic Status Towards Internal Excellence, según Mike D lo que significa Beastie, levantan un poco la adrenalina recién en la séptima canción en la riffera y roquera “Off the grid”, tema que podría ocupar tranquilamente “Chek your head”. Pero luego vuelven a perderse en canciones plomizas como “The Melee” y “The cousin of death”.

Con casi treinta años de música sobre sus hombros los Beastie Boys no sorprenden, pero tampoco disgustan. The Mix-Up cumple si se lo toma como lo que es: un mezcladito de todo lo que hicieron hasta ahora en el que los muchachos no tenían nada nuevo que decir.