Volar

Los influjos ramoneros son innegables. De eso no hay dudas, ellos lo admiten. Es que el punk está mucha más “descaretado” que el rock. Las influencias son honores, no estigmas que los persiguen. No tienen que demostrar nada, y nadie los exige. Así que por qué mentir.

Bases potentes, guitarras distorsionadas, punteos bien logrados, una cadencia pegadiza (a veces pegajosa) y una voz bien ratonera son algunos de los ingredientes esenciales que esta banda nacida en Bella Vista hace más de 10 años demuestra en “Volar”, su último trabajo.

El disco es uno de esos materiales que, como todo el punk ramonero, puede ser escuchado por aquellos que no son fanáticos del género. Canciones con melodías simples y amables (“Se fue”) y otras más corajudas (“Sin pensar en nada”) se sumergen en el mundo de lo cotidiano y convencen.

No es un típico disco de punk, eso seguro. Hay más juego, no son básicos, y eso resulta jugoso para los de afuera y pecado para los de adentro. Eso sí, cuando hay ruido arremeten con todo. Canciones como las antes mencionadas sirven para disfrutar de un disco de dos caras.

“Volar” tiene todo para llevar a LaBilly hacia los grandes escenarios