Estimulados

Partamos de una base simple: no nos multipliquemos, ni dividamos. Restar no sirve para un carajo; y sumar…eso lo hacen los tontos. Para qué complicar la existencia de un todo, si en los lugares más comunes de la tierra están los iluminados. El camino es más corto de lo que todos creen. Por eso, en vez de hacer todas las cuentas antes mencionadas, es mejor retrotraerse, retroalimentarse y convertir todo lo que ¿aprendimos? en una retrospectiva de los fabulosos 60s y 70s. Ahora, ponerse un traje de ocasión y servir a la causa (en esta ocasión ser una simple banda de rock) ¿tiene sentido? Pareciere que sí. Al menos para Estimulados.

Dentro del punk rock hay cierta permisión que en otros géneros puede transformarse en motivo de crucifixión. Que las bandas de rock and roll cabeza no sirven pa’ mierda es sabido, pero a veces haciendo una simple comparación entre la simpleza se llevan más palos de los que realmente merecen. Algo que no se traslada a otros estilos, como por ejemplo el punk.

Hacer un disco para que suene mal (ojalá lo hayan hecho de esa manera y no sea natural) no tiene mucho mérito. Ya pasó la época en la que Iggy gritaba y su banda sonaba desajustada. Todo inicio tiende a ser revolucionario, pero también progresa.

Las guitarras por un lado, la batería y el bajo por otro. El sonido achatado, la voz desgastada. Son viejas formulas repetitivas que no tienen ningún tipo de interés. Por ende, para qué perder el tiempo en quimeras.

El homónimo primer trabajo de la banda servirá de bisagra para aprender lo que no deben hacer en un futuro. Si tienen las armas necesarias, fuera de lo que demuestran, sabrán desprenderse de lo que no es imprescindible y construir una nueva cara para salir a tocar.

Estimulados intenta hacer punk y lo consigue. Sí, detrás de la impronta ya registrada: punk rock sucio con letras que hablan de lo cotidiano. Un disco que suena al palo, y nada más.