Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Los Gardelitos

Ahora es nuestra la ciudad

Cronista: Gentileza: Bruno Lazzaro

16 de Enero, 2007

Ahora es nuestra la ciudad

Los Gardelitos quisieron que su paso por el estadio Obras no se pierda en la voracidad rock y  realizaron un vivo para mantenerlo latente. Un material de grandes historias en el que faltan clásicos, y un packaging como la gente.

Korneta Suárez, el gran trovador que dio vida a Los Gardelitos allá por los primeros 90, dejó mucho más que un legado de historias revestidas de rock. “Ahora es nuestra la ciudad” (2006), material grabado en vivo hace 6 meses, cuando la banda realizó tres Obras Sanitarias, es la clara muestra de un artista urbano que se nutría de las noches para mostrar toda la corriente border barrial de la que fue gran protagonista antes de fallecer hace dos años.

“Ahora es nuestra la ciudad” es un derrotero vagabundo en el que se mezcla el rock redondo, el rock and roll stone, algo de la pizca tanguera (de donde la banda sacó su nombre), el funk y mucho, pero mucho, toque punk, corriente que la banda explora bastante desde su nueva formación.

A través de historias de fumonas idealistas (“Anabel”), baladas deliciosas (“Máquinas viejas”), simpleza rock en clave atea, “Dios está muerto, no hay nadie aquí, sólo los restos de un mundo infeliz” (“Una roca en el humo”), algo de power rock (“El sobreviviente”) y rock and roll made in Jagger y Richard (“Último hombre en el bar”), el grupo consigue un álbum que, aunque se muestre abierto, se vuelve machacón. Más si se toma en cuenta que clásicos como “La constelación de la virgen” y “Caras de limón” no forman parte del mismo

Eso sí, hay joyas que valen la pena: la versión punk de “Cobarde para amar”, el violín de serie ochentona en la delicada “Envuelto en llamas” y “No puedo parar mi moto”. Síntomas de que el conjunto, ahora liderado por el guitarrista y cantante Eli Suárez (hijo de Korneta), todavía tiene rumbos inexplorados por donde pernoctar sus próximas canciones.  Algo que ya se deja ver en la fantástica versión funky de “Los chicos de la esquina”, donde Eli aggiorna los “grupos que están de moda” enumerando a Pier, Intoxicados, Jóvenes Pordioseros y Los Gardelitos, además de otros cambios.

“Ahora es nuestra la ciudad” confirma la mística pluma de un hombre suburbano en tiempos de globalización, y lo realza como figura clave del rock actual. Pero no consigue desligarse de un listado algo tedioso, y de un sonido sucio. Canciones de sobra para el recuerdo de un payador víctima de la luna.

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