Super Yo
De Par en Par
02 de Enero, 2007
En su primer material, Super Yo logra aunar todas sus influencias para lograr un disco desconsolado. Estilos como la bossa nova, el rock, el pop y la chacarera, provistos de una lírica trabajada, sirven como escolta para una noche de pesares.
Según Sigmund Freud el Super Yo cumple una función de juez o censor respecto al Yo. Al mismo tiempo suele ganar protagonismo como crítico del Yo llevando a este a un estado de opresión. Según la banda que hoy elegimos, Super Yo es el resultado final de un cúmulo de influencias con un origen en común: la melancolía por un destino incierto.
Aunque ellos se describan como una banda de pop rock, su personalidad no es tan cerrada, pero sí desolada. En “De par en par” (2005) hay rock, es verdad (“Por mi”), hay un poco de pop combativo (“La fiebre”), pop lisérgico (“Fantasías animadas de ayer y de hoy”), tecno pop (“Tres deseos”, con Natalia Riopedre –voz de Francisco Alegre-) y otros pop (“Tenemos tiempo”), pero también hay chacarera (“De par en par”, con la participación de Andrea Álvarez en bombo leguero), bossa nova (“Fuegocruz”) y canciones que podrían ser parte de cualquier disco de Fito Paez (“Puedo hacerte olvidar” y“Boulevart Pasco” –dedicado al teatrito de Balvanera-), todas matizadas con arreglos dispares que engrosan de manera cíclica un paisaje etéreo.
“Soy un fóbico del uno al diez”, “soy un cretino incierto”, “yo tengo la mente prohibida”, “no hay tiempo que nos de un lugar”, “¿oigo un viento a favor o un destino incierto?”, son algunas de las frases, made in Iván Noble, que grita este álbum triste.
Como si fuera una de esas novelas sin esperanza que también sabe realizar Ernesto Sábato (autor al que homenajean con una frase de Abbadón el Exterminador), “De par en par” traza una línea en caída libre, sin colchón. Acá no hay esperanza, y no hace falta, la soledad se hace compañía en un trabajo idílico.
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