Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Logos

Plan Mundial para la Destrucción

Cronista: Gentileza: Pablo Gabriel Krause

05 de Diciembre, 2006

Plan Mundial para la Destrucción

Tras ocho años de silencio y después de renovar la mitad de su formación, Logos vuelve al ruedo con “Plan Mundial para la Destrucción

Luego de haber dado por finalizada su carrera en 1998, tras la edición de “Tercer Acto”, un buen día Logos volvió a unirse. Con una nueva base conformada por Walter Scasso en bajo y Marcelo Ponce en batería, la banda de Alberto Zamarbide y Miguél Roldán logra un retorno efectivo en “Plan Mundial para la Destrucción”.

Con un sentido más sensible de la melodía respecto de sus trabajos anteriores, pero sin abandonar las sendas del metal, Logos logra dar forma a un trabajo impecable en cuanto a producción, acompañado como es costumbre, con una lírica cargada de denuncia social, como así también fuertemente ligada a las creencias cristianas de Zamarbide y sus compañeros de ruta.

En cuanto a composición, Logos parece haber relegado algo de velocidad para ganar en melodía y hacer que sus canciones sean más llevaderas incluso para quienes no están inmersos en el mundillo del metal. Lejos de que esto signifique un “ablande” en su sonido, Logos muestra tal vez un perfil más ligado con el metal al que nos tuvo acostumbrados los principios de los noventa (Megadeth, sin ir más lejos, es una clara influencia en “Darse Cuenta”), que al speed metal de la década del ochenta.

En esa sensibilidad melódica de la que hablamos, la voz de Zamarbide es, obviamente, el actor principal. Además de ser un cantante con un timbre por demás característico, la voz busca siempre prevalecer por sobre el resto de los instrumentos, dándole cadencia a riffs entrecortados como el de “Solo una vez más”, en donde se lucen los recién ingresados Ponce y Scasso.

La lírica es otro de los aspectos más cuidados por la banda. Bien sabido es la profunda fé cristiana que practican tanto Zamarbide como Roldán, pero más allá de algunos pasajes casi predicadores, lo cierto es que el resto de la placa prioriza un mensaje de independencia personal en algunos casos, y de denuncia en otros.

Tal es el caso del track que da título al álbum (Plan Mundial para la Destrucción), y que funciona como una perfecta ilustración de lo que Logos intenta transmitir. Un efectivo riff de guitarra apoyado sobre potentes bases de bajo y batería, y por encima del resto, la voz de Zamarbide con un coro que seguramente funcionará de maravillas en vivo.

“Plan Mundial para la Destrucción” deja en claro que, lejos de ser un intento por reflotar sin razón un viejo hito de nuestro heavy, la reunión de Logos tiene una razón de ser, aunque probablemente haya que esperar a un próximo trabajo para que la nueva formación logre explotar todo su potencial.

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