7 Veces Mal

Punk rock comunista, nada de eso. A pesar de llevar en su nombre el apellido del líder de la revolución bolchevique, Trotsky Vengarán no se casa con ninguna corriente política. En “7 veces mal”, último disco luego de 3 años de silencio stampa, los uruguayos, que alguna vez estuvieron producidos por Jaime Ross, y que supieron hacer una versión alocada del tema de Nino Bravo, “Un vestido y una flor”, vuelven a las raíces del punk crudo con un disco pesado.

 
Herederos directos de Sex Pistols y Los Violadores, estos uruguayos nacidos a comienzos de la década del 90 llegan a la Argentina para ver si la movida local cobra una de las 7 vidas ya perdidas.

Con 16 canciones rápidas en las que aprenden a reírse sí mismos (el corte “Welcome to the tercer world” es fiel exponente), le cantan al amor sin resaca (“Otro lugar”), a la soledad y sus consecuencias (“3 veces mal), a personajes imaginarios (“Los héroes duermen”) y las noticias de moda (“No me interesa”), dejan en claro que, pese a contribuir con algunos toques más cercanos al rock y al country, no son una novedad en un género que no permite mucho más de lo que ya se conoce.

Estamos frente a unos locos panqueques que nada tienen de virtuosos, pero sí de atrevidos. Una banda que pega y, pese a algunas letras profundas, divierte.