Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Gran Martell

Martillazo a la frente

Cronista: Gentileza: Gaston Magallanes | Fotos: Beto Landoni

25 de Julio, 2006

Martillazo a la frente

Pasó un tornado? No, fue la banda de Araujo y Tito Fargo. En el día del amigo, Gran Martell arrasó con La Trastienda

Todo comenzó con un monólogo de Conrado Geiger sobre el día de las amistades y los traspiés de la llegada del hombre a la luna. Pero, luego, se abrió el telón y empezó todo. Con una instrumentación bien pesada arrancó la noche musical. Imagínense un camión sin control sobrepasando a todos los vehículos de noche y en una pendiente. Así es cómo estos talentos golpearon al público. Furia demencial para exigir a sus instrumentos hasta el fin.

Tito Fargo, el viejo brujo de los primeros Redondos en guitarra, Jorge Araujo en batería y en el bajo, cómo perdido en un callejón de los años 70, apareció Gustavo Jamardo para dar todo su virtuosismo. Tres músicos tres fue lo que quedó en claro después de los terribles riffs y solos de batería y bajo.

Todo fue adrenalina roquera. Tocaron los temas de su primera producción y, además, agregaron varios nuevos. Casi sin intercambiar palabra con la gente se dedicaron a mostrar toda su contundencia en versiones como el instrumental “GM parte 1”, con el que abrieron el show. A eso le siguió “Es Igual” y ahí se apreció la voz, un tanto particular, de Jamardo.. La mitad del espectáculo llegó con “Sopa”, un tema completísimo. Solos de los tres, voces de Gustavo y Jorge, mientras Fargo se encargó con raros sonidos de los coros.

“Queremos dedicar este concierto al señor (Oscar) Moro” , sentenció austeramente el ex Redondo en alusión al batero de Los Gatos y Serú Giran recientemente fallecido.

Después cobró más importancia la puesta de proyecciones en el fondo del escenario. “Silencio de los Pasos”, fue el hipnótico tema que provocó el guitarrista, demostrando su eficacia en la creación de climas intensos.

Cerraron con “Quema”, también último tema del disco. Un local repleto. En donde deambuló Ricardo Mollo y varios músicos de la escena local.

Gran Martel dejó su impronta de superbanda. El talento al servicio del rock. Versatilidad de parte del célebre Tito, un destructor de parches como el ex Divididos y un vikingo que sorprendió a más de uno con su bajo fue la herida que provocó en la calma noche de Julio el grupo más pesado del rock local.
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