Burbujeantes canciones sonido Stereo

El último trabajo de Gustavo Cerati sin duda remonta a aquel sonido Stereo de aquella tan reconocida y querida banda que conformó desde los 80 hasta fines de los 90. Soda Stereo marcó una época en el rock nacional; si es que a alguno le cabe duda que fue una banda de rock. “Ahí Vamos” lanzado en marzo de 2006 es una bomba de tiempo que estalla en extrañadas guitarras distorsionadas, ejes de un álbum que tranquilamente podría integrar la discografía de Soda Stereo sin que sonara extraño.

Ahí Vamos Segundo día de una seguidilla de cinco Obras. Chicos de secundario parados en un campo impaciente junto a viejos oficinistas que en los ´80 se encontraban igual de inquietos para cantar canciones de Soda Stereo. La mezcla, a priori una incógnita, al primer acorde, una dosis de excitación formidable.

Una gigante lona hipnotizante de líneas blancas y negras frente al escenario era el centro de atención; a medida que se acercaba la hora del encuentro del público con el anfitrión canciones sónicas repletas de maquinas ya dejadas de lado por Cerati a la hora de componer aumentaban el volumen.

El telón refleja el arte de tapa. La figura de Gustavo queda impresa, inmóvil ante un público que aclamaba hace minutos con aplausos y gritos desesperados. La duda de la verdadera presencia del dueño de tantos elogios acaba con un Sol desgarrador que motiva una marea humana. “Al fin sucede”... cae el telón, aparece la banda y la marea se convierte en una ola a punto de romper en un mar revuelto.Con un Cerati renovado musicalmente apelando a viejas formulas y una banda en la que resaltan las capacidades musicales el resultado esta confirmado.

La puesta en escena demuestra la calidad. Un show producido hasta el más mínimo detalle, que sin desmerecer a las bandas del movimiento local, escapó al estándar nacional. Con un despliegue de luces imponente y un sonido depurado hasta la perfección no alcanzan palabras para la descripción. Diez pantallas plasma formaban figuras psicodélicas en algunos casos y en otros dibujos en alusión a los temas.

La versatilidad musical de la guitarra Cerati junto al manejo tecnológico que lo diferencia de otros músicos nacionales hacen de Gustavo un camaleón que cambia deacuerdo a los intereses o a las necesidades. Sin aires de diva apela al comentario, al chiste para manejar el show a su gusto y a su exigencia.

Con la vuelta de Richard Coleman a la banda y la presencia de Samalea en batería la cuota de rock estaba garantizada. Junto a Cerati habían conformado antes de la formación de Soda Stereo, Fricción. La presentación de sus compañeros de banda daba pie a la reverberante “Ecos” compuesta por Fricción, incluida en Nada Personal (1986) de Soda. Los cánticos por la vuelta de la ya nombradísima banda no tardan en caer. Luego se transformarán en gritos de desesperación con “Planta” y “Prófugos”, ambos (como los demás temas solistas anteriores a “Ahí Vamos”) en re-versiones.

Hora de un descanso, no solo para la banda sino para el público y vuelta con “Crimen”, primer corte de difusión de “Ahí Vamos”. Aquel meloso y romántico tema de desamor queda amplificado en la seductora voz de aquel que despertó más de un deseo prohibido por parte de la parcialidad femenina. Si alguien duda de que Cerati sea el mejor vocalista nacional, una vueltita por Obras después de dos horas de show no vendría mal para sacarse la duda. Temas de discos anteriores conforman el bloque de seis temas para despedirse con “Jugo de Luna” en un violento guitarreo sexual sin vuelta atrás. La exquisitez queda impresa en una noche de perfección en todos los aspectos. El precio de las entradas no resulta excesivo, por el contrario, un regalo por el regalo de una noche de placer musical.

Gracias por venir... y para los entendidos ¿la música donde esta? ¿En los cables?...