Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Bad Religion

Vengan y únanse

Cronista: Gentileza: Paula Claro | Fotos: Barbara Sardi

13 de Febrero, 2014

Vengan y únanse

Una vez más, Bad Religion demostró que su legado está vigente y crece, con un estadio Malvinas Argentinas repleto y treinta y un canciones que hicieron emocionar al público.

Una noche esencialmente punk. Expulsados y Cadena Perpetua fueron el aperitivo. Las dos bandas, con un buen setlist salieron al escenario para aflojar a la gente que se acercaba poco a poco a La Paternal.
 
No es la primera vez que viene Bad Religion a la Argentina, pero cada vez que lo hacen parece que fuera la primera y la última. El público se emociona de la misma forma: los hay de más de 40, veinteañeros y adolescentes. No hay edad, no hay palo, es Bad Religion. Hay algo, tanto en el discurso, como en lo que gira en torno a la banda, que hace que pueda hacer que tanto un metalero, un hippie o un punk acérrimo se encuentren ahí, y esta buenísimo, porque en esa diversidad está lo homogéneo y la empatía con su público. 
  
Bastante puntual, y con las luces todavía encendidas, suena un himno/intro. La banda ingresa al escenario, y los brazos abiertos del bajista Jay Bentley sobresalen hasta que asoma el cantante Greg Graffin. No hay preámbulos: con "Fuck you" y "Dharma and the bomb" arranca la historia, dos canciones de su reciente disco editado en el 2013, True North, seguidas por "New America". "Que bueno verlos nuevamente" saluda el cantante, mientras el "Olé, olé, olé, Bad Religión" se hace escuchar, por momentos con el acompañamiento de la banda. 

Siempre ocurre lo mismo con los grupos de trayectoria cuando sacan un disco: los músicos quieren tocar el material nuevo, mientras los fans desean clásicos. Graffin entiende el juego y dice que es una noche larga y van a tocar temas viejos, con una sonrisa y el pulgar hacia arriba; y también van a hacer temas nuevos, mientras baja el pulgar porque sabe lo que sus fans quieren. 

La charla no desacelera el ritmo de la banda, que hace sonar un tema tras otro con poco descanso. La llegada de "21st Century (Digital Boy)" de su imprescindible disco de 1990 Against the Grain, despierta un coro unificado en una temática de crítica sustancial a la invalidez de los objetos ante un hogar poco contenedor.
 
Con Graffin como único miembro con presencia ininterrumpida, en más de treinta años de carrera la formación sufrió cambios de una forma casi constante; pero para suerte de los fans de antaño, se puede decir que esta vez vinieron con una formación clásica con la presencia del guitarrista Brian Baker, miembro desde 1994.
 
Dedicado a las féminas, el inicio casi baladesco de "Generator" hace saltar al techo a las casi ocho mil personas. Se retiran apenas unos minutos, para volver y despacharse con "American jesus". El coro de expectantes repetía "One nation under God" porque sabía que se acercaba el final: para esto estuvieron "Infected" y "Dept. of false hope".
 
Todo finalizó con Graffin despidiéndose mientras la canción terminaba. Como ellos dijeron que les gustaba venir, seguro hay Bad Religion en tierras argentinas por un buen tiempo más.
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