Willy Crook
Crook soulero
Cronista: Redaccion El Bondi | Fotos:
Anabella Reggiani
05 de Febrero, 2014
Willy Crook & The Royal We se presentó el miércoles 5 de febrero en Sheldon, desplegando todo su virtuosismo soulero en un show íntimo, con un equilibrio exquisito.
La recompensa de la espera. El verano nos trajo la lluvia y el frío que los porteños tanto esperábamos, y esa imagen se viene repitiendo bastante seguido en estas semanas. No era un día para salir a caminar, y menos para quedarse mirando la tele inundada de tristeza por las nueve víctimas fatales del derrumbe en medio del incendio en una fábrica de Barracas.
Pero había un lugar que era ideal para el miércoles de sinsabor, de lluvia, de frío. Luces bajas, mesitas en un patio techado, velas, vino, cerveza y lo más importante, la llegada de Willy Crook & The Royal We para acompañar la noche.
20:30, el lugar se iba llenando. 21:00, se llenó. 21:40, se seguía llenando. No paraba de entrar gente con la intención de estar ahí. Mientras los músicos terminan de ajustar sonido, Willy Crook agarra la guitarra y comienza a tocar y a cantar “Ain´t No sunshine” de Bill Withers. El público lo recibe con un cálido aplauso, mientras él da las buenas noches y dice “hoy hay buen tiempo” con la ironía potenciada que lo caracteriza.
Suena “What´s going on” de Marvin Gaye y definitivamente uno piensa que tiene sangre marciana. ¿De dónde es? ¿Cómo encontrar un gen que derive en semejante bestia musical? Tiene todo un espíritu y talento para envidiar, pero lo mejor es disfrutarlo: ¿para qué querer eso que él hace tan perfecto? Hay miles de cualidades derivadas en eso que llamamos música y que todos lo hacen de maneras diferentes, pero Willy junta todas esas diferencias y las hace un todo.
La conjunción de las voces de Crook y la corista Camila Gutiérrez Bouvier hacen una versión muy cálida y romántica de “Wives and lovers” de Burt Bacharach and Hal David. “Let´s stay together” de Al Green y más conocido en la voz de Tina Turner, también tiene como protagonista a Bouvier, un desfile de talento y armonía vocal.
En “Fuego Amigo”, Crook agarra el saxo para hacer un solo espectacular que culmina con el aplauso de toda la gente. Para cerrar la noche, se despide con “Rock revenge” de su disco Big Bombo Mamma (1995), un funk bien movido. Pero la noche no termina ahí, él sigue tocando porque la gente pide y solo, sin la compañía de la banda, agarra la viola y toca un blues de despedida.
Sensación de vitrina impecable, cada uno ocupando el lugar indicado; cercanos, pero allí, mostrándose, escuchándose y el público ahí, sintiéndolos. El tiempo equilibrado, ni más, ni menos: la música necesaria y un miércoles distinto, un miércoles de grandes.
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