Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Carcass

Certificado de muerte

Cronista: Fernando Canales | Fotos: Gentileza: Leandro Ciaffone

13 de Abril, 2013

Certificado de muerte

La banda de Death Metal/Grindcore volvió al Teatro de Flores, con todo su repertorio y una formación renovada, joven y potente.

¿Cómo es que la vida de un joven músico nacido en Liverpool, cambia radicalmente cuando se entrecruza con la de su hermana que estudia medicina? La respuesta es Carcass; un grupo que ya tiene más de 25 años de vida y que está liderado por Jeff Walker (Voz y bajo), quien al toparse con los libros de medicina en su casa, encontró un montón de tecnicismos y palabras siniestras, que caían perfecto en las letras de su banda de Death Metal y Grindcore (género del cual fueron pioneros).

Carcass trae todas sus sombrías y pestilentes canciones por segunda vez a la Argentina, después de aquel memorable concierto del 2008. Pero esta visita tiene dos alicientes:1) Se produce antes de la salida de su esperado disco Surgical Steel - 17 años después del último de estudio, Swangsong- que está en las etapa final, y por ende, no va a haber presentación del nuevo material, para que no termine en youtube, grabado por un maldito celular. 2) La baja del guitarrista y cirujano mayor, Michael Amott, que decidió darle prioridad a Arch Enemy, después de la reunión de Carcass en 2007. Su lugar es tomado por un Ben Ash, un violero que se toca todo, aunque no tenga en su CV, haber estado en algún conjunto consagrado.

La mórbida “Buried Dreams” del ya eterno álbum Heartwork (1993), empezaba de a poco a convertir el Teatro de Flores en una morgue, o al menos, esa era la idea. “Incarnated Solvent Abuse” y “No love lost”, seguían las huellas que dejó el “Colorado” Amott, con ese brutal, pero fino “Death Metal Melódico” que los ingleses supieron acuñar. Abajo, encarnizado pogo.

Walker tiene todo el combo preparado, y para acompañar sus lúgubres y despiadados composiciones, lanza proyecciones con imágenes, aterradoras y nauseabundas, sacadas de ese libro prohibido de la abuela, lleno de deformaciones, operaciones y órganos, muchos órganos. Carcass es algo similar a que Dr. House te explique un caso, pero eso sí, poseído por un demonio. 

Pasemos a algo de la vieja escuela” anuncia Jeff antes de tocar “Reek of Putrefaction” de su disco Symphonies of Sickness, y meterse de lleno en una de las especialidades de la casa: manejar una infinidad de variaciones de tiempos, pasando por climas densos y lentos, para después rebanarte con los blast beats lanzados por Dan Wilding en su batería (un relojito suizo, enchufado a 440w) y los riffs enfermos de Bill Steer.

Si hay algo que los caracteriza a los ingleses es ser “caballeros”, por eso antes de tocar “Genital Grinder” el bajista se las dedica a tocas las mujeres presentes: todo un gentleman (?). Aunque esta no fue la única mención dirigida al sexo femenino, ya que después de que sonaran las demenciales “Inpropagation”, “Ruptured in Purulence” y la megaclásica “Heartwork”, Walker tiró estas líneas: “Ahora que esta hija de puta se murió (Margaret Thatcher), ojalá se pudra en el infierno.” Ovación y cierre de telón; la gente se va y a los cinco minutos, Carcass vuelve al grito de “Qué carajo, hacemos una más para ustedes”, regalando “Rot ‘n‘ Roll”, fiel exponente del “Death ‘n’ Roll” que junto a Entombed supieron dar a luz.



Carcass la volvió a pudrir, repasando sus clásicos en Flores. Esta vez sin Amott, sólo queda esperar por el próximo disco y su respectivo tour. Y para los que les interesa, la hermana de Walker se recibió, y es una gran enfermera…



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