Viejos Komodines, nuevas canciones

Apenas se abre el telón del escenario en el Roxy Live, se observa a la izquierda la puerta de un baño de mujeres, y la música de terror en off presagia un comienzo tenebroso, que parece hacerle justicia al título del último disco de Viejos Komodines. Los músicos toman rápidamente las riendas de la situación, y “Cuentos de terror” se convierte en el inicio de un show que, durante una hora y media, convidará al público presente con riffs pegadizos y una energía desbordante de parte del grupo.

La banda se lanza de lleno a presentar las canciones de su última placa, Pánico en el baño de mujeres, y así desfilan “El juego”, en la que el cuarteto interpreta un tramo de la canción a cuatro voces, “Días de skate”, “El fin” y “Carne”, que comienza con samplers, y durante el cual los seguidores del grupo despliegan por primera vez en la noche su trapo dedicado a quiénes vinieron a acompañar.

“Vamos a contar la historia de un bar en donde nos gustaba la chica que no se podía”, dice Facundo Parini (voz y guitarra), y la banda se luce con un funk que crece en intensidad hasta llegar a un final instrumental de guitarras crudas y tono épico, que recuerda al Pink Floyd de comienzos de los ‘70. Javier López Arranz (voz y guitarra) ya se ha quitado los anteojos de soldador con los que inició el show, y junto a Facundo y Fernando Martín (bajo y coros), intercambian posiciones en el escenario y se hacen cargo alternativamente de las voces, un aspecto de las canciones al que el grupo parece prestarle especial atención y dedicación.

El público, tímido en el primer tramo del recital, parece contagiarse de lo que recibe desde el escenario, y comienza a acompañar a la banda, desplegando sus trapos y acompañándola con su canto. “Este es un regalo para ustedes”, anticipa Javier, y canta junto a su guitarra “Luna”, del segundo disco del grupo, Tempestad. Rápidamente se suman en la voz Facundo, José Wilkys (batería y coros) y amigos e invitados del grupo que repiten “Luna, luna, luna que sangra / Se desangra / Sin razón”.
 

“Esta es mi canción favorita del disco, y se las presento yo”, dice Fernando, y la banda toca “Placard”. A lo largo del show, el grupo cuenta con invitados en guitarras y armónica, y se destaca la presencia permanente de Diego Valente en teclados, quien aporta interesantes texturas a las canciones de Viejos Komodines, como por ejemplo en la chacarera-rock “Cherita”, uno de los temas más festejados por la gente y un manifiesto de agradecimiento a sus seguidores (“Un amigo que te ayuda porque sí / Un hermano que te quiere ver feliz / En esta canción aprovecho / Para decirte lo mucho que te quiero”). Fernando repite una escena clásica de las presentaciones en vivo, y se tira sobre el público que se encuentra cerca del escenario. La gente festeja, y los músicos también.

El grupo apura la marcha de los temas (“¡A las once tenemos que dejar el escenario!”, explica Javier), y así, una detrás de otra, se despachan con “Guerrero”, con los fans a puro agite, y “Polvareda”, ambas de su segundo disco. “Buen día”, un country que invita a sacudirse de comienzo a fin, no sólo cierra Pánico…, sino también el show, y termina de confirmar que para Viejos Komodines se trató sin duda de una buena noche.