Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Juan y los que rien

Todos con Juan

Cronista: Gentileza: Francisco Andres Anselmi | Fotos: Barbara Sardi

21 de Julio, 2012

Todos con Juan

El grupo oriundo de Martínez presentó Hasta los huesos, su segundo disco, en Niceto Club, el sábado 21 de julio.

Juan Maiorano tiene un séquito de humoristas detrás suyo que le festejan todas sus ocurrencias delante al micrófono. Desde sus vociferaciones por un amor perdido, hasta sus diatribas contra las compañías discográficas o sus pensamientos críticos acerca de la existencia del hombre, la humanidad o la naturaleza. En esta ocasión, sus compañeros lo siguieron hasta el escenario de Niceto Club, donde el sábado 21 de julio, presentó el disco Hasta los huesos, bajo el ala, o el mote, de Juan y los que ríen
 
Una hora antes, a las 21, Negros Albinos inauguró la noche de la mano de una lista compuesta por canciones populares de ritmos cubanos, alguna bossa nova y tintes de jazz. El público aún no era masivo, y en el local sólo había algunos pocos familiares de la banda principal. Poco después de las 22, el público empezó a copar la barra, la pista, mientras que algunos tímidos se acercaron a la valla para presenciar la fiesta de cerca.
 
Hay chicas, y cuando hay chicas, los hombres bailan. Muchachotes fornidos con camisetas de Los Pumas, otros con aspecto desganado y look californiano, o más bien, de San Isidro. Todos ellos bailan al ritmo de las chicas lindas. Y es que cuando hay baile y chicas lindas, los hombres mueven las caderas; si no, no.
 
Pero esto también lo provoca el sonido arriba de las tablas. El grupo tiene todo cronometrado y no existe un sonido que no esté en la lista de temas. Con 26 canciones propias, más algunos inéditos y covers populares extras, la banda se luce para hacer del ambiente un lugar cálido, que hace pensar en que afuera en realidad no es invierno y que no es época de whisky, sino de cuba libre o un fernet bien frío.
 
Previsiblemente, y como no podía ser de otra manera, el titiritero detrás de esto es Matías Mendez, El Chávez, el productor del momento, para los que no lo conocen. El hombre que dejó Árbol cuando empezaron a hacerse conocidos y a grabar con Santaolalla, que tiempo después viajó por el mundo, se transformó en productor, y años más tarde, le dio una identidad al sonido rioplatense que, desde hace años, se viene gestando pero que áun no tenía una etiqueta clara que lo distinga. De la misma manera que, en la década del ochenta, y cuando aún hacía sus primeros pasos, Rick Rubin se convirtió en la cara del hip hop y los sonidos alternativos de los suburbios de Estados Unidos. 
 
Los séquitos de Juan, además son grandes instrumentistas. El baterista de Árbol Martín Millán y el bajista Daniel Ferradas (vale resaltar que jamás existió un hombre que tenga tal parecido en forma gestual con el cuatro cuerdas de los Red Hot Chili Peppers Michael Balzary, Flea) ponen una base sólida para que Fari Riveros se valga de su guitarra para dibujar armonías que, casi siempre, intentan sobresalir de la clásica estructura del acorde y el sonido aburrido y monótono de la tónica.
 
Casi dos horas después, el público sigue bailando y los séquitos de Juan no dejaron de moverse al ritmo de la euforia. Él cumplió su objetivo: el que nadie deje de reir. 
 
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