Las Pelotas
Ausente con aviso
17 de Noviembre, 2007
Las Pelotas cumplió con la fecha programada en el Roxy Club, pero con una tarea difícil: hacer el show sin la presencia del “Bocha” Alejandro Sokol.
El recital de Las Pelotas arrancó muy puntual, demasiado para aquellos que todavía conservan la esencia del rock añejo. La banda arrancó con “Basta”. Y no fue casualidad. Las declaraciones de Germán Daffunchio lo dijeron todo. Es que al parecer el violero pelotero está cansado de los ataques recibidos por la decisión de tocar sin Alejandro Sokol, su vocalista y referente directo de los fans.
Sin embargo, el “basta” también fue de parte de un público fiel que, a pesar de dichas declaraciones, respetó las decisiones y dejó de lado por un par de horas algunos comentarios de ocasión.
Tuvieron que pasar “Desaparecido” (con una proyección de fotos de desaparecidos por la dictadura militar en pantalla gigante), “El Fantasma” y “Hoy me desperté” para que Germán Daffuncchio disipara dudas molestas. “Alejandro está en tratamiento, para el cual tiene todo nuestro apoyo”, dijo mientras la gente no dejaba de corear al “Bocha”. También se tomó su tiempo para repudiar a quienes hablaron sin saber qué significa para la banda su vocalista. Y eso es simple: pasión.
El público demostró su apoyo todo el tiempo, pero “Capitán América” se llevó uno de los mejores momentos de la noche. “Blancanieves”, “No me acompañes” y “Siento”, entre otras canciones, formaron parte de lo que fue un paseo por la discografía de la banda. Y una devolución de los presentes con baile incluido llegó cuando comenzó a sonar “Uva uva” en una de las más dulces versiones.
Para recuperar energías, Gaby Martínez quien cambió su bajo por una criolla y Tomás Sussman su guitarra por el bajo de ella. Y ahí nomás sonó “Mas que un deseo”, por el que la dama fue ovacionada.
“Esperando el Milagro” le dio la bienvenida al pogo. Para más tarde explotar con “Cuando podrás amar” y “Hawaii”.
Un pequeño descanso anunció que se acercaba el final. Pero antes, se lució una potente versión de “5 Magníficos”, de Sumo, y un clásico que no deja a nadie quieto, “Shine”. Así culminó un prolijo recital que no tuvo a su vocalista pero supo dar lo que sus seguidores están acostumbrados a recibir.
Las Pelotas demostró ser una banda que se hace cargo de su gente arriba y abajo del escenario. Junto a un público dispuesto a transpirar la camiseta y la compañía de una noche encantada, o mejor dicho, cantada, Las Pelotas se las ingenió para no fallar. Y lo consiguió.