Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Ratones Paranoicos

Fieras lunáticas

Cronista: Gentileza: Gaston Magallanes | Fotos: Gentileza: Andrea Villa

01 de Septiembre, 2007

Fieras lunáticas

Los Ratones Paranoicos confirmaron su gran momento con un show memorable en el Luna Park junto a los mexicanos de El Tri de México y Charly García como invitados de lujo.

“Les voy a presentar a una banda legendaria de México. Son amigos nuestros: El Tri”, Así, en voz de Juanse Gutiérrez, arrancó una noche en la que la esencia del rock & roll estuvo presente de punta a punta.  Entonces la banda del verborrágico Alex Lora salió a escena para hacer vibrar a todo el estadio con su potente sonido.
 
Mientras el público todavía seguía ingresando los mexicanos empezaron con “A.D.O.” al que le pegaron “Todo por el rocanrol”, con Diego Mizrahi como primer invitado del set, para en seguida hacer saltar a aquellos desentendidos con “Paint it black”, el clásico de los Rolling Stones.

La noche iba ganando en emoción. Ya con todo el Luna repleto llegó uno de los momentos más emotivos en el que, con un sentido blues, se recordó “la tragedia rocanrolera de Cromañon”, en palabras de Alex. Luego vinieron los aplausos y el cántico general: “A los pibes los mató la corrupción”. En tanto El Tri, que parecía tocar de local, arremetió con más furia.

Luciano Napolitano se sumó para poner su voz grave y agudos punteos de viola a “Todo me sale mal”. La respuesta del público fue implacable: brazos en alto para disfrutar cada canción. Pero todo estalló cuando interpretaron “Triste Canción de Amor”, tema que acá se hizo famoso por La Renga. Más tarde, Chela Lora, la mujer de Alex, subió al escenario y se quedó ayudando en las voces hasta el final del show.

Cerca de las once las luces dieron paso a la oscuridad y las ovaciones se hicieron sentir al instante. Juanse, Sarco, El Zorrito y Roy pusieron sus pies en el escenario para interpretar “Slide”, aquel viejo tema originalmente grabado en Enlace (1989). Y las fieras estallaron. Fueron dos horas y media de un concierto antológico, en el que lejos de las frívolas canciones de 3 minutos, los Ratones se despacharon con versiones clásicas que, entre zapadas y solos, llegaron a los diez.

Así pasaron “Estrella”, “Patrulla juvenil” y “El Reflejo”, entre otras. Sólo un “Buenas noches”, de parte del cantante rompió el hielo con el público. Eso sí, el dialogo musical fue más fluido. Los cuatro sudaban buen humor, la banda sonaba rockera y “La Calavera” puso fin a la primera parte de concierto. “Ya volvemos”…

En ese interino colocaron un sillón elegantemente blanco, un teclado y una pequeña batería y crearon un living con aires glam mientras en la pantalla proyectaban imágenes de su gira por América del Norte.

La segunda parte del concierto dio paso a lo mejor. Con Sarco recostado de espalda a lo largo del sillón, ladeado por El Zorrito y Roy, mientras Juanse, con una acústica, rasgaba sonidos suaves, crearon un clima de rock & blues sessions que fue mágicamente acompañando por la armónica de Rubén Gaitán. “La avispa, “Reina”, “No me digas” y “Tomo y obligo”, fueron algunos de los temas que interpretaron en el cool night moment.

Mientras la “mudancera” (según Juanse) dejó el escenario como al principio, las pantallas, nuevamente protagonistas, generaron ovaciones cuando pasaron fotos de la banda junto a Diego Maradona o Los Stones.

La tercera parte llegó cuando todos traspiraban adrenalina. Fue un sin cesar de clásicos. “Isabel” marcó la recta final; “Para siempre Diego”, le puso efervescencia pasional al recinto; “Boggie”, contagió y transmitió las ganas de que nunca se termine lo que más se quiere (en este caso el recital).

Después “Rock del gato” y “Cowboy” parecieron marcar el final. Pero cuando todo se terminaba, un solo de batería de Roy les dio un respiro a los demás integrantes. Después de las ovaciones al batero, salieron a la cancha nuevamente con “Rock del pedazo”, con Charly García de invitado en guitarra.

Junto a Juanse caminaron de un lado a otro del escenario. Con gran postura roquera, el bicolor se comunicó con los otros músicos a través de una inmensa sonrisa. El delirio era general. Parecía que ya no quedaba más por dar. Pero no. Faltaba el gran cierre: Satisfaction. El eterno himno stone rugió con todo cuando también subieron los integrantes de El Tri para zapar, cantar y demostrar que el rock está más vivo que nunca.

Verdaderos roqueros haciendo rock, disfrutando cada tema como si fuera el último. Siguen girando, y eso marca la quintaesencia “paranoica”. Un show que tuvo de todo y que nadie se quedó con ganas de más.

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