Revista El Bondi - 15 AÑOS DE ROCK
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Charly Garcia

La canción sin fin

Cronista: Pablo Andisco | Fotos: Beto Landoni

28 de Agosto, 2007

La canción sin fin

A casi un año del fallido cumpleaños en el Gran Rex, y con la reciente polémica mediática que envolvió a su demorado último disco, Charly García tomó La Trastienda para una serie de shows titulados “Olvidate del Rock Nacional”, un espectáculo con la mixtura justa entre Charly García y Say No More.

Un nutrido espectro generacional en estado de tensa calma esperaba al ídolo en la noche del jueves. Si bien se sabía que los primeros conciertos de esta serie habían sido exitosos, sobrevolaba el fantasma del “con Charly nunca se sabe”. La sala, esta vez en formato bar, estaba llena, y entre picadas y cervezas se amenizaba la espera.

Finalmente se apagaron las luces y se corrió el telón. La intro de “No importa”, un rockito modelo siglo XXI, y primer tema de Kill Gill, puso a pleno a la gente como si fuera uno de los tantos clásicos firmados por Charly. La primer parte del show transcurrió de acuerdo a lo que hasta ahora es la versión definitiva de su último disco. García y su banda (el eficiente trío chileno compuesto por Kiushe Hayasida, en guitarra y coros; Carlos Gonzalez, en bajo; y Tonio Silva Peña, tras los parches) tomaron el escenario protegidos por un plástico y en una escenografía que simulaba una habitación. Una cama, una biblioteca y un maniquí sirvieron de entretenimiento para un García de excelente humor.

Después de “Los Fantasmas” fue el turno de “Un corazón para colgar”. Charly anunció que en la grabación toca el recordado Oscar Moro. “Moro dije”, protestó ante los demorados aplausos. Un homenaje al amigo y una muestra del estado de ánimo. Y luego “Break it up”, uno de los temas en inglés de un álbum que sigue la línea de los últimos trabajos de García. Covers adaptados, canciones en inglés y nuevas versiones de viejos temas propios, como el caso de “Transformaciones”, original de Serú ’92 rebautizada “Kill Gill Transformación”.

De los temas del nuevo trabajo, el más celebrado fue “Corazón de Hormigón”, compuesto por García a los 9 años pensando en su madre. Un beat ingenuo, a mitad de camino entre La Cueva y El Club del Clan. Esta vez, a diferencia del Gran Rex, no subió Palito Ortega, quién participa en el disco. Con “Telepáticamente” y “Happy and real” cerró la primera parte del concierto, en la que los músicos tocaron sobre pistas de grabación a un volumen tenue, entregando un clima íntimo potenciado por la activa participación del público.

El intermedio sirvió para recargar las pilas y prepararse para lo mejor. Si bien el disco hace tiempo que está en Internet y el público lo conoce y lo acepta, todos esperaban la segunda parte, aquella en que García repasaría su carrera. Allí es cuando aparecieron los diálogos llenos de interrogantes: “¿Qué temas va a tocar?” “¿Habrá invitados?” “¿Existirá esa segunda parte?”

Quince minutos después, estas dudas empezaron a disiparse. Charly apareció con una  guitarra acústica para una versión en castellano de “So you want to be a rock ‘n roll star”, clásico de The Byrds.  Luego subió la banda para “Anhedonia” y “Cuchillos”, tan bellos como en sus versiones originales. La adrenalina iba en aumento. “Se pueden parar, esto es rock and roll”, dijo García; y con el público arriba de las mesas (y el resto haciendo lo imposible para ver) pasaron “Demoliendo hoteles” y una versión power de “Promesas sobre el bidet”.

A diferencia de los últimos conciertos, la selección de temas tuvo mucho de la discografía reciente, como “El amor espera”, “Influencia” y “Rock and roll Yo”, con una destacada participación del violero trasandino. De los más viejos sobresalieron “Fax U” y “Popotitos”, tocado más acelerado y cantado con algunos versos del inglés original. El cierre del concierto llegó con “Watching the wheels”, de John Lennon incluido en Kill Gill. Otra vez la estrategia bilingüe, las estrofas en castellano y el delicioso estribillo tal cual el original. El interrogante ahora venía por el lado de los bises. El público estaba satisfecho, pero pedía más. Y ahí estaba nuevamente la banda para viajar en el tiempo: “Yendo de la cama al living”, “Nos siguen pegando abajo” y “Adela en el Carrousel”. “Se cumplió la venganza, gracias a todos”, dijo García, y ahora sólo quedaban certezas: el show había terminado, pero la leyenda continúa.

Dejando de lado los escándalos, y a tono con su trayectoria, Charly García presentó Kill Gill y repasó su carrera en su mejor concierto del último tiempo. Olvidate del Rock Nacional, si podés. 

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