La Vela Puerca
Llenos de vida, llenos de magia
08 de Septiembre, 2007
Los uruguayos de La Vela Puerca cruzaron el charco y se presentaron ante 26 mil personas en el Estadio Ferrocarril Oeste.
El sábado por la noche Ferro abrió sus puertas para dar lugar a un recital esperado durante meses. El show, programado para las 21, no empezó sino hasta 45 minutos más tarde debido a la enorme cantidad de gente que no terminaba nunca de entrar. Cuadras y cuadras de cola provocaron el corte de calles aledañas, que se llenaron de pibes con remeras y banderas con la insignia distintiva de la cara de un puerco.
Desde temprano se sentía en el ambiente esa alegría y emoción que produce reencontrarse con viejos amigos que hace tiempo no se ven. Desde el Pepsi Music del año pasado La Vela Puerca no tocaba en Capital y esta vez, la espera dio sus frutos.
Acostumbrados a levantar el telón con la clásica apertura “Hola, dejen el saco en mi alcoba…” (“Un frasco”), en esta ocasión la bienvenida al público la dieron con “Doble Filo”, y la masa de gente se hizo escuchar coreando el tema, aplaudiendo, revoleando banderas y mostrando su alegría al ver a Sebastián Teysera y los suyos nuevamente en escena.
A pesar de haber ciertas fallas de sonido, “Haciéndose pasar por luz”, “De atar”, “Por dentro” y “El Huracán” completaron la primera tanda de canciones que sirvieron de apertura para calentar las gargantas y preparar el cuerpo y el alma para una fiesta que recién estaba arrancando. Fue aquí cuando el Enano Teysera, con su aire de tipo sencillo y emocionado, saludó a los miles de veleros y les dio una corta, pero emotiva, bienvenida.
Para continuar el show, se bajaron las revoluciones y “Clarobscuro” dio comienzo a lo que sería un breve momento de calma. “Frágil” y “Me pierdo” fueron las novedades del reciente “El Impulso”.
La voz rockera del otro Sebastián, “Cebolla” Cabreiro, se hizo notar apenas empezó “Rebuscado” para adueñarse finalmente del escenario en “Clones” (de su propia autoría). “Neutro” continuó con la lista y acá hay que hacer un comentario aparte: Ferro vibró con los pogos que se abrieron en el campo y que fueron una constante en varios momentos del show. Pero durante casi todos los temas del nuevo disco de La Vela (que se entremezclaron con los anteriores “Deskarado”, “De bichos y flores” y “A contraluz”), el público quedó parado, la mayoría recitando las letras pero poniendo su mirada con suma atención en el escenario. Será porque “El Impulso” se interpreta como un trabajo “más maduro”, con momentos que no son tan pogueros, sino más bien para sentarse a escuchar atentamente.
La lista siguió con canciones más viejas: “Sin palabras”, “Caldo precoz” y “Va a escampar”, que fueron seguidas por otras de las nuevas creaciones de manera intercalada, como “El señor”, “Colabore” (en la cual hizo aparición el primer invitado de la noche: Osi, quien es vocalista de Bufón), y “La sin razón”.
Para bajar el ritmo se proyectaron en las pantallas al costado del escenario unos versos de la poetisa uruguaya Idea Vilariño, y luego comenzó a sonar el excelente tema “Hoy tranquilo”, último corte del nuevo hijo de La Vela. A continuación se escucharon “Con el destino” y “Su ración”, y por fin llegó el turno de uno de los himnos de la banda uruguaya: “Mi semilla”, con su característica mezcla de ternura y amor.
“Alta magia” sirvió para volver al agite, seguida por “De no olvidar”, cantada de principio a fin por “Cebolla”. De vuelta a la tranquilidad, para descansar un poco, el Enano y su tímida guitarra continuaron el repertorio con uno de los temas más introspectivos y oscuros: “Para no verme más”.
La noche continuó con “Pino” y “Sanar” y los versos del poema de Miguel Hernández (“Tristes hombres si no mueren de amores. Tristes, tristes”) fueron recitados por Pablo Tate.
Minutos después, llegó el turno de “Un frasco” y con el efecto “cañón-seguidor” que se usó en todos los segmentos del show (admirable) se dio paso a “El viejo” y “Llenos de magia”, como uno de los momentos de más agite.
Luego de la poesía de Guillermo Silva, comenzó a sonar la viola que dio pie al otro himno de La Vela: “Zafar”. En una estrofa de la canción, el Enano dejó que el público cantara, y se notó su emoción al escuchar a todo Ferro coreando y haciendo eco de la hermosa letra. “Mañana” tuvo como invitado a Batra, y le devolvió las ganas de saltar a la gente.
La fiesta siguió con “De tal palo, tal astilla” y la última canción programada fue “El profeta”, donde los pogos del público se sintieron más que nunca, como queriendo disfrutar de, lo que se sabía, era el final del show. Pero luego de las despedidas, Teysera volvió sólo al escenario con un banquito y su guitarra para entonar las estrofas de “José Sabía”. Acompañado casi al final por el resto de los integrantes, La Vela Puerca cerró la noche de magia que marcará un punto de inflexión en la historia de la banda. Antes de retirarse del escenario, el agradecimiento final: “Gracias a todos por haber venido y por haber crecido juntos”.
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