·Entrevistas·

Vivac: “Estamos viviendo cosas distópicas”

La banda misionera presenta “40 grados bajo la sombra”, su tercer álbum de estudio.

Publicado

el

Desde la provincia de Misiones, Vivac nos regala su tercer álbum titulado 40 grados bajo la sombra, en el cual aclaran que la sombra representa alivio y la luz, agobio y calor. José Gallero, cantante y guitarrista, nos cuenta al respecto: “estamos viviendo cosas distópicas, que veíamos en las películas de nuestra infancia, si bien en Misiones siempre hizo calor, no lo sentimos de la misma manera, hay algo que se activa cada verano, nos marca un antes y un después”. En ese sentido, profundiza y agrega: “Estamos viviendo en un mundo más caliente, más sucio, más contaminado, más desconectado con la vida y eso nos mueve a hacer canciones. Más allá qué queremos contar de nuestro lugar, también es una forma de ubicarnos en nuestra historia y la relación con nuestro paisaje, que se va tornando cada vez más urbano y nuestra memoria se va atiborrando de comparaciones con nuestra infancia de un lugar agreste, vital y feliz”.

¿Cómo podés resumir lo que fue el trabajo de composición y luego de producción de este nuevo álbum?

―Teníamos dos o tres canciones nuevas, y algo tienen las canciones. De repente conectan con el deseo de hacer un álbum, de replicar la experiencia de ser grabadas y escuchadas. Es una dinámica del ego, se manifiesta cuando una canción se vuelve objeto. Cuando deja de ser una idea y se convierte en algo que ocupa un lugar en el mundo y en nosotros. Una vez que se toma la decisión es como tirarse por un río correntoso, te dejás llevar por la corriente o te ahogás. Una canción lleva a la otra, se repasan esos cuadernos con anotaciones y se abre el juego de la composición compartida, que es lo más lindo de hacer música, sentir que estás creando algo nuevo. Como Dice Charly, si trabajás al pedo y estás haciendo algo nuevo, adelante.

El nuevo trabajo fue grabado en Buenos Aires, en los Estudios Panda, y José confiesa: “Algunos productores reconocidos con los que charlamos nos dieron unos cachetazos sobre el audio. De repente caímos y nos vimos mandando emails, escribiendo a los estudios, viendo dónde estás parado, y hasta dónde podrías llegar desde la autogestión”.

―Y ahí entró Panda.

―Lo cierto que Panda nos contestó, nos hizo una propuesta posible y nos mandamos. Panda es un entorno místico. No deja de ser un lugar icónico y para nosotros fue como cumplir un sueño: estar en una parte de la historia de la música que nos forjó. Sin entrar en idealizaciones, fue un trabajo exigente y genuino y con el tiempo limitado. En fin. Una ecuación que para nosotros fue enriquecedora. Y que, además, nos dejó pistas de que podemos ir por más.

―Su disco debut llegó en tiempos de pandemia, ¿qué les quedó de aquella época en la que no se pudo presentar en vivo?

―Todo comienzo está cargado de ingenuidad, ya pasaron cinco años de eso, y si bien la pandemia postergó todo, tampoco teníamos en claro qué hacer con ese material. Uno cree que grabó, masterizó, publicó y listo. Ahora sabemos que no es suficiente. Y en esa postergación de una presentación en vivo también se dio el espacio de seguir haciendo canciones, de hacer un segundo disco. Cuando por fin pudimos presentar el primer disco ya teníamos más de la mitad del segundo compuesto. Y tocamos los temas inéditos que fueron muy bien recibidos. La idea era hacer un show absolutamente con canciones propias y la lista se armó con todo lo que teníamos.

 ―¿Cómo recuerdan aquellos comienzos hace más de 10 años? ¿Cómo eran esos momentos?

―Todo comienzo nace de impulso, de un deseo que muchas veces no se reconoce hasta tiempo después. En mi caso, siempre quise tener una banda, ser una especie de guitar hero. Y bueno, entre la fantasía y un montón de mandatos aparece ese “¿y si armamos una banda?”, “¿y si sacamos unos temas?”. Visto desde el presente siempre me pregunto por qué no lo hice antes, con más ahínco, más decisión. No sé. A la música hay que dejarla emerger, no se da solo por el hecho de estudiar un instrumento, tener ideas o armar una banda. Se manifiesta en esa sinergia, esa conexión y el compartir de la banda. Hay un sentir mancomunado. Hay que tener mucha paciencia y dejar que las cosas sucedan.

El 4 de enero de 2025 la banda organizó el festival “40 Grados” con motivo de la presentación de su nuevo trabajo invitando a bandas amigas como Guerrapé, Araucaria, Elene, Lobo del Hombre, Naevis, entre otros artistas. “Fue un festival para celebrar el lanzamiento del disco, y también para compartir el arte y el encuentro. De armar un espacio para que suceda esa interacción entre la música, el entorno y el público”, recuerda José. “Hubo mucho trabajo colaborativo. No somos la única banda que quiere armar una escena de música en la provincia. Hay mucho por hacer para que se concreten espacios culturales donde es posible una interacción del artista, su creación y el público que participa y se apropia de eso”.

LAS + LEÍDAS

Exit mobile version